Sus hermanos mayores han vivido la fama desde que eran apenas unos recién nacidos, pero Miguel Alejandro Iglesias (22) ha sido libre y ha gozado del anonimato hasta hace tan solo un par de años. Salvo un par de portadas junto a su madre Miranda Rijnsburguer (54) y sus hermanos pequeños, el hijo mayor de la modelo holandesa y Julio Iglesias (76) pasó su infancia y adolescencia alejado del ruido mediático y de los flashes más indiscretos.
Miguel, o Michael como lo llaman al otro lado del charco, nacía el 7 de septiembre de 1997 en el exclusivo hospital Mount Sinaí de Miami. En aquel momento, su padre ya tenía 54 años y llevaba junto a Miranda unos siete años. Fue el cuarto hijo para Julio y se lleva 22 años con Enrique, el último vástago nacido del matrimonio entre el artista español e Isabel Preysler y con el que guarda un enorme parecido físico. Después de Miguel llegaban Rodrigo (20), las gemelas Victoria y Cristina (18) y seis años después el pequeño de la familia Iglesias-Rijnsburguer, Guillermo (12). Todos fueron testigos en la boda de sus padres en Marbella el 24 de agosto de 2010.
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Miguel se educó entre Miami y Punta Cana, lugares donde su padre cuenta con dos espectaculares mansiones. Con 18 años, el joven, que se llama así en homenaje al concejal del PP Miguel Ángel Blanco, asesinado por la banda terrorista ETA el mismo año de su nacimiento, ya tenía claro que lo suyo iba a ser el mundo de los negocios. Durante varios años ha estado ayudando a su hermano Rodrigo a producir música, ya que el segundo hijo de Miranda y Julio quiere ser artista como su padre.
Trabaja en una inmobiliaria de lujo
Pero parece que la producción musical es por ahora sólo un hobbie para él y tiene claro que lo principal es formarse y tener una carrera. Estudia Finanzas en Miami y en septiembre comenzaba a trabajar como asesor en el equipo de ONE Sotheby’s International Realty, una agencia inmobiliaria fundada en 1975 y especializada en la compra y la venta de casas de lujo en Miami. Casualmente, en la misma empresa trabaja su suegra, la madre de Danielle Obolevitch, con la que lleva saliendo desde 1997.
Y es precisamente con Danielle con la que más tiempo pasa Miguel. La joven de 21 años se ha convertido en su mejor compañera para disfrutar de la buena vida y de los deportes más divertidos y arriesgados. Danielle nacía en Rusia pero vive en Miami desde hace años. Muchos han encontrado en ella a la doble de Anna Kournikova, pareja de Enrique Iglesias. Y es que a la novia de Miguel también le apasiona el tenis y, aunque nunca se ha dedicado a ello de manera profesional, sí que ha participado en torneos y competiciones amateurs. Además de ser una loca del mar y la playa, Danielle estudia un grado en Economía con especialidad en Historia del Arte en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Pensilvania.
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Viajes, coches de alta gama y caviar de beluga
Viajar es otra de las aficiones del hijo del cantante de ‘De niña a mujer’. Con Danielle suele escaparse de vacaciones siempre que pueden. El sur de Italia y sus maravillosas aguas cristalinas, París, Amsterdam, Los Ángeles o Canadá, donde van cada invierno a esquiar, están entre los últimos destinos de la pareja. Por supuesto, Danielle ya conoce Andalucía de la mano de Miguel. Este verano recorría junto a su novia los parajes de la sierra de Granada y algunos lugares con encanto de Málaga. Cada cierto tiempo, Miguel viaja a Punta Cana y allí pasa las horas en la playa de Los Corales en Bávaro junto a los perros de la familia, Leila, que es un cruce de pastor belga con un husky, y Luke, mezcla de pastor alemán y gran danés.
Al hijo de Julio Iglesias le vuelven loco los coches de alta gama. Hace solo unos días, Miguel recibía un regalo de Navidad por adelantado: un increíble coche BMW M5 en color gris plata cuyo precio no baja de los 140.000 euros. Y también cuenta con un espectacular todoterreno Mercedes Clase G que cuesta entre 115.000 y 180.000 euros.
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Cuando está en Miami, Michael se mueve en círculos de lo más exclusivos. Su restaurante favorito es el italiano Cipriani Downtown, en el área financiera de la ciudad y propiedad de Giuseppe Cipriani, cuyo hijo Maggio sale con Rocío Crusset, hija de Carlos Herrera y Mariló Montero. Ahí no escatima en gastos y suele degustar caviar de beluga, que puede llegar a costar unos 10.000 euros el kilo. Para disfrutar de la noche, la discoteca Wall, en South Beach, es el punto de encuentro con sus amigos y allí pasan desapercibidos en un reservado en el que no faltan botellas de Moët & Chandon para regar la noche de fiesta.
Apasionado del esquí acuático
Igual que Julio José y Enrique, Miguel ha crecido en la playa y los deportes acuáticos son su gran afición desde que era un niño. Si sus hermanos mayores preferían el surf para practicarlo al salir del colegio cada tarde, Miguel es un loco del esquí acuático y es habitual verle con su tabla atada a los pies en la playa de Indian Creek, la fabulosa y súper exclusiva isla privada en el condado de Miami-Dade donde Julio Iglesias tiene una de sus casas valorada en once millones de dólares. Está situada a escasos diez minutos de Miami Beach y en ella hay apenas unas 30 mansiones, entre las que se encuentran las de Adriana Lima, Beyoncé o Barry K. Schawartz, confundador de Calvin Klein.
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Además del esquí acuático, Miguel no tiene miedo a nada y también practica paracaidismo y motocross, pasión que comparte con su hermano Rodrigo. También el tenis y el windsurf están entre sus deportes preferidos y cuando viene cada verano de vacaciones a Marbella con su madre y sus hermanos pequeños siempre se escapa unos días a Tarifa con su tabla y su vela. En la ciudad malagueña, Miguel veranea desde niño y por eso además habla perfectamente español.
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