Sin duda, este ha sido el año más complicado para Sara Carbonero desde que saltara a la palestra como figura pública. Y mayo, en concreto, una especie de pesadilla que tratará de dejar atrás. Recordemos que, con el mes recién empezado, a su marido, Iker Casillas, le daba un infarto en pleno entrenamiento. Dos semanas más tarde, era ella misma quien nos encogía el alma al desvelar, vía Instagram, que tenía por delante una batalla contra el cáncer.
Poco a poco, todo se ha ido ordenando. Iker se ha incorporado a su trabajo. Ella, intenta recuperar su rutina. Y entre los planes que entran dentro de ella, está el de viajar hasta su pueblo, Corral de Alamaguer, en Toledo, cada vez que llegan fechas tan señaladas como las Navidades.
Ya están allí. Hablamos en plural porque a la periodista la hemos podido ver paseando con sus dos hijos, Lucas y Martín. También junto a su hermana, Irene, y con esos amigos que, a pesar de los años de fama lejos de allí, ha sido capaz de conservar con estas visitas.
Iker se reunirá con ellos para celebrar la Nochebuena, ya que ha tenido que estar fuera unos días por motivos profesionales en Doha, Catar. Ese es el motivo de que no hayamos visto al mostoleño en estos paseos familiares que ha retratado la prensa, dando muestra de algo tan importante como que Sara, finalizado su tratamiento, está dejando atrás, con cautela, «esa maldita enfermedad de seis letras».
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