Los 9 rituales para atraer a la suerte en 2020 y entrar con buen pie en el año nuevo

Puede que 2019 no haya sido el año de los sueños para muchas de nuestras lectoras. Quedan atrás 365 días que darán paso a un 2020 bisiesto lleno d esperanzas y de sueños por cumplir. Pero, ¿podemos atraer a la suerte para dejar atrás esos sinsabores que nos deja el año saliente?

Rappel, quien hace unos días pronosticaba la suerte de cada uno de los signos del zodiaco en este horóscopo para 2020, nos recuerda 9 rituales clásicos e infalibles para poner de nuestra parte y atraer la suerte en el año entrante. ¿Te atreves a realizar alguno de ellos en la última noche del año?

1. La decoración de la mesa

Tiene que haber tres colores en la mesa que dominen: el blanco, el rojo y el verde. Puede ser el mantel blanco y poner hojas verdes de alguna planta, como puede ser laurel, unas ramitas de perejil o de árbol. Esos pequeños detalles tienen que ser naturales, no de plástico ni de tela. O, simplemente, unas hojitas de lechuga. El rojo lo podemos resolver con unas cintas de seda y atravesar la mesa con ellas. Pondremos una verde (para la prosperidad y el dinero), una roja (para el amor) y una amarilla o dorada (para que venga suerte, en unas oposiciones, en la lotería, en un negocio…). También podemos poner otra cinta azul, por la salud. Las hojas verdes las colocaremos alrededor de esas cintas.

2. El centro de mesa

Poner tres velas: roja, blanca y dorada o amarilla, con la misma simbología referida arriba. La vela blanca es en homenaje a las personas que no están con nosotros, para que las fuerzas positivas y su protección nos sigan ayudando. Hay que encenderlas al empezar la cena. A su alrededor echamos unos granos de café, como símbolo de la prosperidad, y azúcar moreno, para endulzar el amor y la suerte. Tienen que estar encendidas, porque traen mala suerte apagadas. Se ponen o directamente sobre el mantel o en unos platitos para que no se manche este, pero no en un candelabro. No se trata de ponerlas como ornamento de lujo.

Cada comensal debe, antes de sentarse a cenar, en su intimidad en un papelito blanco que sea fino, escribir tres deseos que quieren que se cumplan en el nuevo año. Tienen que ser deseos personales, no pedir para otros. Algo que pidas egoistamente. Se dobla el papel y lo tienes cerca de ti durante la cena, en un bolsillo, por ejemplo. Cuando vayan a tocar las 12 Campanadas, hay que estar de pie (si hay un niño pequeño, lo cogemos en brazos), no se reciben sentado ni tumbado.

También hay que estar bien calzado, aunque estés en casa. Hay una antigua tradición de que no se puede empezar el año ni en zapatillas ni descalzo, porque si lo haces, vas a ir todo el año pisando mal. Hay que ponerse zapatos de vestir al momento de tomar las uvas, luego te los quitas si quieres. El papelito de los deseos, en ese momento, lo ponemos pisándolo con el pie izquierdo. Una vez realizado el brindis, prendes fuego al papelito en la vela de lo que más necesites: la del amor, la de la prosperidad o pensando en los seres de luz, para que te ayuden a que se te cumplan esos tres deseos. Lo quemamos en el aire y ponemos un cenicero al lado para que vaya cayendo la ceniza. Si se prende entero, se te cumplen los tres deseos.

3. Para acabar con las malas energías de la casa

Si estás en casa, hay un ritual importante para echar el mal de ojo si has tenido un año malo. Hay quien llama a alguna bruja para que le haga una limpieza, pero la noche de Fin de Año podemos hacerlo sin gastarnos ni un duro. Abres todas las puertas de las habitaciones sobre las 12 menos 20 de la noche y una ventana. También las puertas de los armarios y los cajones, para que no se alojen malas energías. Todo lo que tenga puerta. Y en cada habitación debe de haber una luz encendida. Por la ventana abierta, al dar las 12 Campanadas, se irán las malas energías y los malos rollos que hayamos tenido durante el año.

4. Brindis de la felicidad

Esa noche es la de los mejores deseos entre las personas con las que estás compartiendo la cena. El brindis se hace en círculo. La persona más mayor de la casa o de cada mesa, en el caso de que sea en un hotel o un club, inicia el brindis (tiene que ser con alcohol y, a ser posible, que tenga burbujas) inicia el brindis pidiendo por la felicidad de todos. Brinda con la persona de su derecha y, mirándole a los ojos, le desea felicidad o suerte. Este segundo, hace lo mismo con el de su derecha. Así hasta que se complete la ronda. Se hace para que todos tengan prosperidad.

5. Amuleto para todo el año

Alrededor de las velas, se pueden echar algunas monedas de las de cobre. Cuando se han dado las 12 Campanadas y hemos comido las uvas. Cada uno de los comensales puede llevarse o una hoja de laurel (ver el punto 2) y una de las monedas y lo guarda en la cartera todo el año. No se puede llevar a nadie que no haya estado en la mesa. Te dará suerte y prosperidad todo el año, es como si te hicieras un pequeño amuleto.

También se puede coger un billete con la mano izquierda, de cinco euros vale (no es el valor monetario lo importante, sino la simbología), en el momento que estés tomando las uvas. Si no tienes manos, se puede meter por dentro de la ropa, por ejemplo por dentro de la ropa interior, a la izquierda. Al terminar, lo guardas junto a la hoja de laurel y/o la moneda y te haces el amuleto.

6. Ropa interior roja

Esa tradición la inicié yo hace 50 años. Me llamó Ramón Areces, dueño de El Corte Inglés, para decirme que no existían los calzoncillos rojos. Si no tienes o no te apetece ponerte la ropa interior roja, por si acaso, compras cinta roja de seda en la mercería, un metro o metro y medio. Te la pones, en la cena de Nochevieja, a la altura del pubis. Llevando algo rojo a la altura del sexo tendrás mucho amor y mucha pasión, que está unido a la actividad sexual. Para que te sientas muy querido y muy amado. Si optas por la cinta, hay que guardarla en el mismo cajón de la ropa interior durante todo el año. A la siguiente Nochevieja, la prendes fuego y las cenizas las tiras donde corra el agua.

7. Lentejas

Esta tradición italiana ha llegado hasta El Vaticano. El día 31 a mediodía se comen lentejas. No es que las tomen de noche o que las junten con las uvas, es la última comida del año y que es símbolo de la abundancia. Comer un plato de lentejas para que no te falten los alimentos y tengas la nevera y la despensa llena.

8. Ducha de jugo de manzana

Para la primera ducha del año, te llevas un vaso de sidra y, antes de abrir el agua, que lo primero que te caiga sea esa sidra. Que no caiga en el pelo, lo echas por el pecho, la espalda… El zumo de las manzanas es símbolo de la abundancia y, si es lo primero que te echas encima,sirve para que te venga mucha abundancia.

9. ¿Cómo nos irá el año?

Cuando acabe la cena y la fiesta y te vayas a la cama, coges un vaso y lo llenas de agua dejando por arriba un dedo vacío. Cascas un huevo y dejas caer en el vaso solo la clara y pones el vaso en la ventana y te acuestas, a ser posible, si no hay ventana en esa habitación, pues en otra. A la mañana siguiente, si la clara ha quedado espachurrada abajo, es que el nuevo año va a ser igual que el que ha terminado. Si el año va a ser más próspero, la clara ha tenido que subir y se habrán formado como unas estalactitas. Cuantas más haya, mejor será. Y si arriba del todo el vaso tiene unas pompitas, como si fuesen cabezas de alfiler, eso es que vas a tener algo bueno de dinero: que vas a heredar, te tocará la lotería… Es una entrada de dinero importante de dinero por sorpresa.

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