No ha sido un año fácil para Charlene de Mónaco que, desde que se casara con el príncipe Alberto, ha visto cómo sus intervenciones públicas se iban diluyendo hasta casi convertirse en invisible. Bien es cierto que el cuidado de sus mellizos, que hace una semanas cumplían cinco años, le tienen ocupado buena parte de su tiempo. También, que este no ha sido el mejor de sus años y, por tanto, estaba mejor alejada del foco mediático.
Sin embargo, en estos meses ha concedido dos entrevistas en las que ha hablado a corazón abierto. La última, estos días, en una exclusiva concedida a la revista sudafricana ‘Huisgenoot’, en la que explica con detalle qué es lo que ha pasado para que 2019 pase por su biografía como uno de los peores de la misma.
Charlene ha tenido que afrontar la pérdida de dos amigos muy cercanos y queridos. «Murieron los dos en 10 días. Fue increíblemente doloroso«, dice al respecto, antes de añadir que la enfermedad por la que pasa su padre, tampoco ha ayudado a que 2019 haya sido un buen año. «Este año definitivamente me dio un golpe bajo. La gente es muy rápida para decir: ‘Oh, ¿por qué ella no sonríe en las fotos?’. Bueno, a veces es difícil sonreír. No saben lo que está pasando en el fondo», se desahoga en el medio de su país.
Además, sostiene que esa seriedad a la que nos tiene acostumbrados, se debe, en buena parte, a todo lo que echa de menos a su familia y su vida en Sudáfrica: «Tengo el privilegio de tener esta vida, pero sí echo de menos a mi familia y amigos en el Sur de África y me pongo triste porque no siempre puedo estar allí para ellos».
Efectivamente, la conclusión que sacamos de estas última declaraciones es que Charlene no se siente a gusto con su vida en la casa Grimaldi. ¿Lo sabrá su marido? ¿Cómo sentarán estas declaraciones en el seno de la familia real monegasca?
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