Nos pilló como un jarro de agua fría. Y eso que, desde hace meses, se hablaba de crisis. De posible ruptura. De distanciamiento. De agendas donde no aparecían el uno en la de la otra… y viceversa. El 28 de diciembre, mediante un comunicado remitido a ‘Viva la vida’, María Teresa Campos anunciaba el fin de su relación con Edmundo Bigote Arrocet.
Semana y media de especulaciones después, la presentadora ha decidido dar su versión de los hechos. Previo cobro, vía exclusiva con la revista ‘Hola’. Allí no ha negado que ha llorado mucho y que, por las formas y el sufrimiento que le ha hecho pasar, cierra completamente la puerta a un posible reconciliación futura con el humorista chileno que, dicho sea de paso, ni le coge el teléfono.
Tras casi seis años de romance, no quiere saber nada de María Teresa. Esta, en la entrevista, confirma lo que era un rumor desde hace días: que el punto y final lo puso Edmundo, y que lo hizo a través de un mensaje de WhastApp y sin dar la más mínima opción a un cara a cara en el que hablar las cosas y darle un final digno a la historia.
María Teresa va más allá e, incluso, desvela el contenido de ese mensaje que Arrocet le envió el 29 de noviembre. «No soporto que me humilles más». Así zanjó el romance, dejando a la matriarca de las Campos con la pregunta dando vueltas en su cabeza de a qué se refería con que le humillaba.
Esta da las claves de cuándo pudo torcerse la cosa y comenzar el distanciamiento. Fue el pasado verano, mientras él estaba en Chile con su familia. Entonces, ella le preguntó si no tenía ganas de volver, él se hizo el loco. No estaba tan desencaminada una María Teresa que, en los últimos meses, ha visto cómo los viajes de su pareja eran constantes y cada vez más frecuentes.
De hecho, ahora se encuentra en Londres, donde sus hijos están suponiendo su mejor apoyo para sobreponerse al trago que pasa. Una vez recompuesto, veremos si ofrece, también con un cheque de por medio, su versión a la prensa española.
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