Esto es lo que tienes que hacer para dar (por fin) con tu talla correcta de sujetador

Empezar a usar sujetador es una de las primeras cosas que hicimos cuando aterrizamos en la adolescencia, y a pesar de llevar prácticamente media vida con él más o menos presente en nuestras vidas todavía a día de hoy, pocas son las afortunadas que pueden contar que han dado con su talla exacta de este accesorio interior. Encontrar el sujetador exacto es toda una lotería a la que, después de hacer cálculos cabalísticos de copas y contornos sin ningún éxito y provocándonos un bloqueo mental, termina jugándose por intuiciones y por intentar recordar cuál es la talla del sujetador que se lleva puesto ese día porque te encuentras más o menos cómoda con él.

Pero elegir «a ojo» el sujetador tiene sus riesgos y no solo porque sea incómodo, sino porque puede provocar muchos problemas para la salud del tejido mamario e incluso problemas de espalda y posturales. Por eso hay que encontrar el que se ajusta perfectamente pero no demasiado ya que los aros y tejidos demasiado justos pueden crear desde molestias, pasando por dolor en el pecho, hasta heridas e inflamación.

Paso 1: talla

Lo primero que hay que hacer para encontrar la talla exacta de sujetador es saber que una cosa es la talla y la otra la copa. Una lección que no hemos parado de escuchar pero que no es tan sencilla como la pintan. Y es que, la copa es, como señalaba Moderna de Pueblo en la guía de DIM, el contorno por encima del pecho y la talla, el contorno por debajo del pecho y 15 cm más. Es decir, que si el metro marca 75, la talla será la 90.

Paso 2: copa

Después de ajustar bien la cinta métrica justo debajo del pecho para obtener esta medida, colocaremos el metro alrededor del pecho, justo a la altura del pezón. Respira profundamente dejando que el metro se deslice hasta el punto en el que nos sintamos más cómodas aún estando ajustado. De esta forma, 80 centímetros equivaldrían a una copa A, 85 a una B, 90 a una C, 95 a una D, 100 a una copa E y así sucesivamente.

Paso 3: Ajuste

Una vez se tiene la talla hay que comprobar que el sujetador se ajusta perfectamente y al completo por la forma del pecho. Y es que encontrar una talla exacta se hace realmente difícil por esta razón, ya que cada uno es un mundo e incluso, hay muchas mujeres que tienen senos de diferentes formas y tamaños.

Branda: Para ello, primero se tendrá en cuenta la banda del sujetador, es decir, la parte del sujetador ajustada a las costillas. Esta tiene que quedar lisa y paralela al suelo, pero lo más importante es que entre la tela y el cuerpo quepan dos dedos. Si está demasiado ancho (atándolo en la primera o segunda clavija) o muy ajustado habrá que subir o bajar de talla.

Centro: Ahora subiremos hacia el centro del sujetador o la parte antes del aro o la copa. Este tiene que quedar pegado al esternón. Pero esto no quiere decir que tenga que estar ajustado hasta el extremo. De hecho, si se nota que se clava en la piel será necesario cambiarlo por una talla menos. Lo mismo ocurre si apenas se nota, que se necesitará una talla más.

Copa: La copa debe quedar totalmente rellena. Si quedan huecos y, como su nombre indica, no sujeta, será necesario cambiar de sujetador a una copa menor. Al igual que si parte del peco se sale por los laterales del sujetador, esto indicará que se necesita una copa mayor.

Lateral: Tras medir la copa con todos sus detalles, es necesario ver cómo queda el lateral del sujetador, tratando de atarlo en la primera o segunda clavija y evitando la última, ya que en ese caso la talla estará al límite. El lateral debe parecer una segunda piel, adaptándose a las costillas sin dejar marca y sin crear arrugas.

Tirantes: Estos deben quedar encima de los hombros, ajustándose a ellos pero dejando que quepan dos dedos entre la piel y el tirante. Son la prueba definitiva de si un sujetador es o no nuestra talla. Suelen ser regulables, por lo que habrá que adaptarlos hasta que se comprueba que no queden huecos en el centro del sujetador ni en la copa. Si siguen quedando huecos después de probar diferentes ajustes, habrá que volver a tomar las medidas necesarias. Es fundamental que ambos estén regulados a la misma altura, ya que sino puede afectar a la postura y nos sentiremos incómodas.

Por último, algunos expertos recomiendan hacer una especie de prueba del algodón una vez creamos que hemos dado con el sujetador adecuado: levantar los brazos y girar el torso. Si el sujetador se mantiene ajustado y sin molestias, es nuestra talla.

Hay que tener en cuenta que hay muchos tipos de sujetadores, desde los bralette sin aros y, en muchos casos, siguiendo las tallas de una camiseta a los balconet pasando por los modelos más básicos. Por eso, esta guía nos salvará la elección.



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