Era un momento que tenía que llegar… y ha llegado. Tres meses después de ese WhatsApp con el que Edmundo Bigote Arrocet dejaba a María Teresa sin, según ella, posibilidad de verse las caras o de darle réplica, el humorista ha acudido al domicilio que han compartido durante los últimos seis años para llevarse sus pertenencias.
Edmundo llegaba a media tarde y era fotografiado a las puertas de la casa de la presentadora. La pregunta que sobrevolaba en el ambiente era clara: ¿estaría dentro ella y se produciría el encuentro? La respuesta era no. Algo que se conocía después, cuando ella llegaba y mostraba su hartazgo ante la situación en la que se encuentra ante la persecución de los medios.
No quiero hablar más de esta persona»
«Afortunadamente es un capítulo cerrado y espero y deseo que no volváis a hablarme de este asunto, porque esto entra ya en el terreno del acoso. No quiero hablar más de esta persona. Ya se ha acabado. He vuelto a salir, que llevaba mucho tiempo sin querer salir. Estoy feliz. Y ya está», declaraba a los periodistas que estaban esperando su llegada.
No es la primera vez que manifiesta su malestar por estar perseguida por este tema. María Teresa, que emitió un comunicado el pasado 28 de diciembre para notificar la ruptura y que posteriormente dio detalles de la misma a golpe de exclusiva en la revista ‘Hola’, no se siente cómoda contestando a las preguntas sobre este asunto lejos del hábitat que ella considere oportuno.
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