Hubo un tiempo en que las supersticiones sobre la mala suerte y la generalización de las creencias populares, desecharon de nuestros guardarropas cualquier parecido o con este color o sus declinaciones. Afortunadamente, no es la primera temporada que las pasarelas dan cabida a uno de los tonos más energéticos, vitales y, aunque pueda parecer lo contrario, fáciles de llevar de toda la paleta cromática. Más allá de componer looks en clave working u otros de noche más sofisticados, en forma de accesorios importantes o como detalles sutiles, existe una verdad incontestable: el amarillo ha regresado para quedarse. Y esta vez, es para siempre.
Los vestidos cortísimos facilitarán nuestros estilismos más veraniegos, relajados y vacacionales, los minibolsos teñidos de su versión más pálida y silenciosa añadirán la dosis justa de tendencia a los looks más sobrios y los cárdigans de punto con los botones perla servirán de abrigo durante las noches más frescas.
© Creatividad de Mar Lorenzo, imágenes de Carola de Armas, Zara y Getty Images
Los amarillos que vas a empezar amando para después caer en sus redes van del vainilla al banana, pasando por el mostaza, el anaranjado más yema de huevo, el mantequilla, el flúor y el limón. ¿Una chaqueta de abuela en color mantequilla? ¿El minivestido de tus vacaciones en yema de huevo? Sí, porque todas estas declinaciones son las que ofrece la pasarela y, por ende, las mejores instantáneas del street style que protagonizan las que más saben de moda y los escaparates de nuestras favoritas del circuito comercial.
© Creatividad de Mar Lorenzo, imágenes de Carola de Armas, Zara y Getty Images
El amarillo de moda es nostálgico, evocador, radiante y solemne, pasa de habladurías y continúa, cabeza bien erguida, su camino hacia el estrellato. Lo vimos en la pasarela: Celine, Lacoste, Hermès o Gucci se decantaron sobre todo por la versión más clarita del vainilla sobre vestidos pradera, blusas con volantes y faldas midi. Y lo estamos viendo en Zara, Mango y compañía en tops de canalé de inspiración noventera, faldas satinadas como las que llevaba Kate Moss durante la década a la que la moda siempre regresa y humildes chaquetas de punto como la versión más sexy del abrigo en 2020.
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