Don Juan Carlos se encuentra en un momento delicado. Mientras, tal y como han avanzado medios como El País, se investiga en Suiza un donativo millonario a Corinna que según ella se trata de un regalo del rey Juan Carlos, la empresaria alemana estaría planteándose denunciar al emérito en Reino Unido por "amenazas para que no revele secretos de Estado" de acuerdo con la información publicada ayer en Eldiario.es.
A la vez que el actual gobierno y sus socios se dividen entre pedir una comisión de investigación o no, la Familia Real, como es habitual, no se pronuncia sobre el caso. Sin embargo, la reina Sofía podría haber encontrado la manera de posicionarse sin necesidad de decir nada. ¿Y cómo lo ha hecho entonces? Llevando una de las piezas más especiales de su joyero. Se trata de su anillo de compromiso. Uno de los más originales de la realeza europea, por cierto.
Fue el 12 de septiembre de 1961 cuando Juan Carlos le lanzaba una cajita a doña Sofía, al tiempo que le decía: “Sofi, ¡cógelo!”. Una pedida de mano tan poco habitual como el anillo que contenía la caja. Un diseño realizado en oro, a partir de la fundición de monedas que pertenecieron a Alejandro Magno, con dos grandes rubíes redondos separados por un diamante de talla baguette. Un anillo del que la reina Sofía no se desprendió durante años pero que luego, repentinamente y sin motivo conocido, dejó de llevar.
Lo ha rescatado hace relativamente poco y, desde entonces, lo vemos aparecer de manera intermitente, combinado con los numerosos anillos que la reina emérita sí lleva habitualmente. Y ayer fue uno de esos días. Doña Sofía presidió los premios que llevan su nombre de pintura y escultura con un vestido con vuelo estampado en blanco y negro y una americana de terciopelo. En su mano izquierda, el original anillo de pedida destacaba entre el resto.
Una elección que coincide con este momento delicado de don Juan Carlos y que podría ser un gesto de apoyo muy sutil de la reina emérita a su marido. ¿Ha sido pura casualidad un acto deliberado? Si repasamos sus anteriores actos públicos, descubrimos que en el último, el pasado 26 de febrero, no lo llevó, pero sí el día anterior, el 25 de febrero cuando acudió a los Premios Íñigo Álvarez de Toledo.
Por lo tanto es difícil descubrir cuándo y por qué decide la reina llevar este anillo. Por otro lado, este tipo de gestos, aunque haya a quien le extrañe, están muy medidos. Y si no que se lo digan a la reina Letizia que desterró para siempre su anillo de pedida por haber sido un regalo de Iñaki Urdangarin.
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