En las alfombras rojas de años pretéritos, había un vestido que copaba todo el protagonismo: el de corte sirena. Esta pieza – la favorita de actrices de siluetas bombásticas como Charlize Theron o Scarlett Johnasson – se define por atesorar un cuerpo ajustadísimo que acepta diferentes escotes y que se prolonga hasta la línea de la cadera, punto exacto donde empieza a ensancharse hasta crear un efecto cola. De ahí su nombre: el ajuste de pecho hasta cadera y la cola larga asemejaban el vestido a la cola de una sirena. El resultante de ello era el híbrido perfecto entre el vestido favorecedor o sexy y el elegante: una apuesta segura para las celebrities.
© Fotografías de Getty Images; Creatividad de Mar Lorenzo Sales
Ese vestido no ha perdido presencia en las entregas de premios, pero sí ha visto entrar en la competición a otros modelos y siluetas más relajadas, más fantasiosas y más orientados a ocultar que a potenciar la figura femenina. El vestido de hada – cortesía de Lucy Boynton -, el vestido silencioso o soso – cortesía de Margaret Qualley – o el vestido glamouroso – cortesía de Lady Gaga – son estéticas con las que el vestido de corte sirena tiene que compartir portada. Pero insistimos: sigue siendo tendencia. Y hoy viene Zara a confirmarlo con una pieza preciosísima que conseguirá que todas las invitadas a bodas de primavera hagan cola por él.
© Cortesía de Zara
Vestido drapeado de Zara. COMPRAR.
De color lavanda, ajustado del pecho a la cadera a través de un drapeado súper favorecedor, con escote cuadrado, mangas princesa y virtualmente defendido por la modelo Edita Vilkevičiūtė: esas son las coordenadas que desembocan en el vestido de invitada ideal. Su tejido satinado con detalles florales multiplica la sofisticación del mismo, que puede llevarse tanto en bodas diurnas – por su color suave y su largo a mitad de pantorilla – como en bodas de noche – por su brillo y su capacidad de aceptar complementos metalizados.
© Cortesía de Zara
Vestido drapeado de Zara. COMPRAR.
Unas sandalias de tiras finísimas, así como un bolso limosnera configuran la lista de accesorios que aderezarán el vestido. Cuesta 59,99 euros aunque aparenta muchísimo más. Es heredero de los vestidos de los 2000 aunque hoy, en 2020, es infinitamente más tendencia. ¿No son estos motivos suficientes para añadirlo a la cesta? Pues ahí va uno más: si lo complementamos con un capazo y unas sandalias planas, se convierte en un vestido de verbena veraniega. Toma ya.
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