Actividades para hacer en casa con los niños para superar el encierro del coronavirus con diversión

La irrupción del coronavirus y los días sin colegio forzosos han dinamitado la dinámica familiar de millones de padres. Nuestro primer consejo es que antes de arrasar con el papel higiénico del supermercado, ataca la sección de manualidades porque vas a necesitar paciencia, goma eva y mucho pegamento para llegar hasta Semana Santa con todo lo que necesitas para entretener a tus hijos.

Pero no todo son malas noticias. Afrontar el reencuentro familiar forzoso con buenas ideas es fundamental para que la experiencia llegue a buen puerto. “Hay que pensar que es un buen momento para enseñarles autonomía personal que es algo que hoy en día se nos está olvidando. Y también de educar en su sentido más amplio, porque educar también es pedirles que recogan su habitación y que hagan la cama, que al final acabamos haciendo nosotros porque nos resulta más comódo que andar detrás del niño”, asegura Pilu Hernández Dopico, maestra y CEO de El pupitre de Pilu. Educar es difícil, la convivencia forzosa no lo pone fácil pero hay algo que sí es más sencillo: entretener a nuestros hijos. La experta no explica cómo lograrlo con actividades muy divertidas que además les ayudan a aprender cosas nuevas.

Si tus hijos tienen de dos a seis años

Aunque sean pequeños, los niños de estas edades también pueden ejercitar su autonomía con juguetes del tipo rompecabezas, memory… y con juegos significativos (ya sabes, los típicos muñecos, camiones, cocinitas… ). Estos juegos solo precisan una pequeña supervisión por parte del adulto. No dudes en recurrir a ellos mientras estás conectada al trabajo… pero tampoco le pidas peras al olmo. Pedirle a un niño que esté concentrado más de 15 minutos en una actividad es imposible, su cerebro aún no está preparado para ello.

Recuerda que cuando se trata de entretener a los más pequeños (y desengancharse de los dibujos animados) el mejor juguete eres tú. La oportunidad de jugar con sus padres es el mejor regalo para ellos a estas edades… aprovecha porque no tendrán seis años para siempre. Es el momento de desempolvar los juegos de mesa tradicionales como la oca y enseñarles, de paso, a contar, esperar su turno, no hacer trampas (o hacerlas, depende de la tradición familiar de cada uno).

También podemos ayudarles a adquirir un mejor vocabulario y trabajar la expresión oral jugando a “¿Qué le ha pasado a…?”: Dibuja una situación real (una niña se le rompe el vestido, un niño pasa corriendo y rompe un jarrón…) y pregunta al niño “¿qué le ha pasado?”. Escucha con atención su respuesta e intenta mantener una conversación en la que te explique cómo solucionaría él o ella el problema. Te vas a sorprender (y reír un buen rato).

Si tus hijos tienen de siete a 12 años

A estas edades hay que trabajar los contenidos del colegio (como a nosotros a nuestros hijos les han mandado a casa pero deben seguir cumpliendo con sus tareas) y podemos empezar el día haciendo esto, para que así mientras nosotros podamos seguir con nuestra jornada laboral. “Estamos en una situación excepcional que permite a los niños ver a sus padres trabajando, concentrados y leyendo lo que les permite servir de ejemplo. El ejemplo tiene más fuerza que la regla, si el niño nos ve de esta forma estará más motivado para afrontar sus propias tareas”, explica la experta.

Y cuando llega el momento de relajarse podemos poner en práctica juegos que fomenten la creatividad, como por ejemplo, ordena el cuento. Esta actividad consiste en dividir un cuento en distintas viñetas, recortarlas y después ordenarlas en un orden distinto de manera que se construya con una historia conocida otra nueva. Otra opción es mantener el orden de las viñetas pero plantear al niño preguntas como «¿qué harías tú si…?», «¿qué habría pasado si…?». De esta manera desarrollarán su imaginación, trabajarán el vocabulario y el lenguaje dirigido.

Otra buena opción, que además es muy bien recibida a estas edades, es meterlos en harina, o sea, enseñarles a cocinar (adaptando procesos y recetas a su edad). Si además mientras cocinamos juntos hacemos pequeñas dramatizaciones (el niño es el chef y nosotros sus ayudantes, por ejemplo), no solo acabarás con la cena hecha, sino que conseguirás que se relacionen con la comida de una forma divertida.

“Cocinar con ellos nos permite trabajar de una manera transversal. Le puedes pedir desde que te lave una hoja de lechuga hasta que te pese una zanahoria, lo que nos ayuda a trabajar con pesos y medidas y así se trabajan de forma transversal todo tipo de conocimientos incluido, por supuesto, el lenguaje oral que es una asignatura pendiente en los colegios”, asegura la experta.

Por último, también es un momento excelente para fomentar la lectura, no pidiéndoles que lean, sino leyendo con ellos, pidiendo que reflexionen sobre lo leído con preguntas, debatiendo… Así no solo les ayudarás a conseguir mayor comprensión lectora, sino que les enseñarás a exponer sus ideas, a ordenar la información y defender lo que piensan.

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