Máxima de Holanda reinterpreta el protocolo: una elegantísima capa, guantes y botas altas para visitar a la Cruz Roja

En estas últimas semanas Europa entera se ha paralizado a consecuencia del coronavirus. Y esto incluye a las familias reales que han cancelado todas las citas y viajes de sus agendas oficiales. El pasado fin de semana el rey Felipe sorprendía con una visita inesperada al hospital habilitado en el recinto ferial de IFEMA de Madrid para combatir el Covid-19 aunque de todos ellos, es Máxima de Holanda la que parece más activa.

El pasado viernes, mientras teníamos imágenes de los reyes de España manteniendo una videoconferencia con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, Máxima de Holanda realizaba su primera salida. Visitaba un centro de horticultores para intererarse su situación. Hoy ha vuelto a salir de su confinamiento para visitar un centro de la Cruz Roja en Loenen. En esta ocasión ha seguido los mismos protocolos que se han impuesto en todo el mundo: mantener la distancia de seguridad y no tener contacto físico con nadie.

Para estos días Máxima de Holanda opta por el saludo a “lo oriental”, juntando las palmas de las manos y realizando una pequeña reverencia en señal de cariño. También en esta ocasión no se ha desprendido en ningún momento de sus guantes, aunque no los clásicos sanitarios sino unos de cuero negro que hacían juego con sus botas de tacón y caña alta y con el bolso de piel del mismo tono con asa de bambú.

Para el resto del conjunto Máxima ha optado por una estilosa capa de cuadros de pata de gallo en tonos marrones y una blusa blanca con una larga lazada al cuello, que ha llevado con unos pantalones cropped en negro. Otra coincidencia respecto a su look anterior han sido las perlas.

Esta vez, Máxima de Holanda ha llevado sus pendientes con forma de caracola de un luminoso nácar que daba luz al rostro. Porque si algo necesitamos estos días es un poco de luz, venga de la forma que venga.

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