Los exfoliantes químicos le están ganando la batalla a los granulados. Al no contener micropartículas son respetuosos con el medioambiente y al no tener que friccionar la piel, también evitan dañarla o enrojecerla en exceso. Tras el retinol, el ácido glicólico es el segundo activo cosmético con más búsquedas en la red y el ingrediente de referencia para tratar pequeñas arrugas, falta de luminosidad, manchas, daños cutáneos producidos por el sol y acné. Te explicamos todo lo que tienes que saber sobre él.
Qué es
El glicólico es un alfa hidroxiácido (AHA), como también lo son el mandélico y el láctico, que se obtiene de la caña de azúcar. “Estos ácidos proporcionan un proceso exfoliante de las capas de la epidermis, suavizando finas líneas y arrugas, así como homogeneizando el tono. Además, ayudan a promover la producción de colágeno, reduciendo los signos de la edad y las imperfecciones”, declara Elliot Isaacs, fundador de la firma de Medik 8. Desde Camaleon Cosmetics nos explican cuáles son sus principales beneficios:
· Es un excelente agente exfoliante que debilita las uniones entre las células de la última capa de la piel para promover la renovación celular.
· Reduce las marcas de acné, el tamaño de los poros y aclara las manchas.
· Permite que los capilares se dilaten y aporten más oxigeno y energía a las células.
· Aumenta la producción de colágeno y de ácido hialurónico.
· Disminuyen la pérdida de agua de la epidermis y evita la deshidratación.
· Favorece una mejor penetración de los activos que se aplican después.
Qué concentración necesita tu piel
La eficacia de los alfahidroxiácidos, su modo de uso y su tolerancia en la piel depende de factores como la concentración, el tamaño de la molécula y su pH. “A menor pH, más eficacia y menos tolerancia. Y cuanto menor tamaño tenga la molécula, más eficaz. El ácido glicólico, por ejemplo, es el más pequeño de todos y penetra más rápidamente”, explica la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia. Por eso en el momento de seleccionar uno de usa casero debes tener en cuenta dos características:
· El pH. Según aumenta este disminuye la concentración activa de ácido y, por tanto, su eficacia.
· La concentración. Si es menor al 4% la exfoliación que produce es suave y en rango superior al 20% solo se debe utilizar bajo prescripción médica. Un 8% es una concentración apta para empezar, si tu piel no presenta ningún problema, y si tu dermis está acostumbrada a los los AHA puedes optar hasta por un 15%.
Cómo debes aplicártelo
El principal problema de los alfahidroxiácidos es su tolerancia, por lo que es recomendable que comiences a usarlo progresivamente, comenzando con fórmulas de concentraciones más bajas y limitando su uso si tu piel es sensible, intolerante o si tiene rosácea o dermatitis atópica. Aplícalo por la noche, sobre el rostro limpio y seco, sin frotar la piel y evitando el contacto con los ojos y los labios, ya que esos tienen una piel mucho más fina.
“Si tu piel es mixta o grasa, comienza usando el producto tres veces a la semana, durante dos semanas, y después incrementa su aplicación a días alternos para terminar usándolo todas las noches. Si tienes la piel seca y/o sensible –en este último caso puedes n sentir un ligero picor y enrojecimiento–, úsalo dos veces por semana y mantén esa frecuencia lo largo del tiempo”, aconseja Mónica Sada, creadora de la marca cosmética Unicskin. Transcurridas tres semanas tu piel se habrá liberado de las células muertas y recobrará n aspecto saludable, jugoso y luminoso.
Y acuérdate de usar un protector con SPF50 por el día, que deberás renovar durante la jornada, ya que tu piel estará desprotegida debido a la acción renovadora del ácido.
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