Quizá la figura del futbolista portugués eclipsaba su carrera. O quizá simplemente nadie se habían fijado bien en esta rusa nacida en Yemanzhelinsk que ama su profesión y a quien hoy, con 34 años, le llueven los contratos publicitarios millonarios, las portadas, los desfiles y las alfombras rojas. Burberry, Marc Jacobs, Givenchy, Versace, Missoni… Todos quieren a Irina y las ofertas se agolpan en su puerta. Esta primavera es imagen de la italiana Furla, una firma que adora por un buen motivo: “Me encantan los bolsos”.
Shayk no es una mujer que se amedrente con facilidad y ha dado varios giros a su vida. Cuando tenía 14 años murió su padre, víctima de una pulmonía. Junto a su madre y su hermana Tatiana, consiguió salir adelante. “Las mujeres rusas, y las mujeres en general, tomamos las riendas en los momentos necesarios”, asegura. En 2004, siendo estudiante de marketing, una agente la animó a presentarse a un concurso de belleza y ganó el certamen Miss Chelyabinsk. Poco después, con 19 años, llegó a París persiguiendo un futuro mejor del que le aguardaba en su ciudad natal. Compartía apartamento con ocho chicas, pero como su oportunidad no llegaba pidió a su agencia trasladarse a otra ciudad para conseguir trabajos. Fue así como desembarcó en Barcelona, donde comenzó a hacer catálogos, sesiones de fotos, algunas campañas… Pero el éxito se le resistía. Su relación con la revista Sport Illustrated da cuenta de su tenacidad: aunque desde 2007 hacía reportajes de baño cada temporada, no ocupó la portada hasta 2011.
Cuatro años después, tras romper su relación con Cristiano Ronaldo, Irina dejó España, puso rumbo a Los Ángeles y adquirió la condición de top model que no ha abandonado desde entonces. “Mi vida no ha cambiado tanto en realidad –asegura–. Y tengo los mejores recuerdos de España, siempre la llevaré en el corazón. Fue el primer sitio donde trabajé fuera de mi país y eso no se olvida”.
Mujerhoy Tras esa decisión, su carrera dio un giro radical.
Irina Shayk Ahora estoy en Nueva York, que también me encanta. Y tengo la suerte de trabajar con un equipo increíble.
M.H. Y, de paso, se ha convertido en una superestrella.
I.S. [Risas] Soy capricornio y, obviamente, me identifico con ese tipo de persona que siempre aspira a más. Pero pienso que tiene que ver más con el equipo tan profesional del que me he rodeado. Ellos me ponen en la dirección correcta. También creo en el trabajo duro: si te esfuerzas lo suficiente, terminas obteniendo tu recompensa. Cada vez que oigo la palabra “no”, ya estoy pensando en cómo convertirla en un “sí”.
M.H. Durante este tiempo también ha sido madre. ¿Cómo ha afectado la maternidad a su carrera de modelo?
I.S. Me hacen mucho esta pregunta y la verdad es que mi estilo no ha cambiado. Pero mi vida ha cambiado para mejor, porque la familia y los hijos son siempre lo más importante. En ese sentido, mis prioridades han variado: he reorganizado mi agenda y me lo pienso más al decidir qué trabajos acepto, si puedo o no viajar. No quiero estar lejos de mi hija.
Ahora su máxima prioridad es su hija, Lea, de tres años, fruto de la relación que mantuvo con el actor Bradley Copper hasta el año pasado. Pero a Irina no le gusta hablar de su vida privada. Tampoco es una mujer muy abierta a nuevas amistades. “No abro las puertas a demasiada gente, necesito sentir confianza plena”.
He aprendido que cuando planeo demasiado algo nunca resulta como esperaba”.
M.H. Si nos abriese su bolso ahora, ¿habría cosas muy diferentes de las que llevaba hace algunos años? ¿Está lleno de cosas para Lea?
I.S. ¿Yo? Qué va. Soy rusa. Las mujeres rusas usamos más de un bolso, nos encantan. [Risas]
M.H. ¿Por eso lleva el modelo 1927 Top Handle de Furla, tan pequeño?
I.S. ¡Este es, sobre todo, para lucirlo! Ya llevaré otro para las cosas de la niña… Soy muy organizada, me gusta tener mis cosas en su lugar, cada cosa en su sitio. De hecho, a mi hija también le encantan los bolsos y está empezando a llevar los suyos. Pero los míos no los cambio por nada… ¡Y te aseguro que no encontrarás pañales en ellos!
M.H. ¿Y qué lleva? ¿El pasaporte? Está de un sitio para otro.
I.S. No, el pasaporte no [Risas]. Lo habitual: el móvil, el cargador, algún snack para comer y las tarjetas de crédito.
M.H. ¿Dónde se ve en el futuro?
I.S. No lo sé. Uno de mis libros favoritos es El poder del ahora, de Eckhart Tolle, que te enseña a vivir el momento. La vida es muy corta. Espero ser feliz, tener salud y estar junto a mi familia. Me he propuesto no hacer grandes planes para 2020. Y eso que para eso soy también muy capricornio, me encanta planear y organizar. Pero he aprendido que cada vez que planeo demasiado algo, nunca resulta como esperaba. Por desgracia, las redes sociales no ayudan. Estamos en Instagram viviendo en otra parte, evocando el pasado o anhelando el futuro, cuando todo lo que necesitamos está en el presente.
M.H. Algún proyecto vital tendrá…
I.S. ¿Sabes eso de que no debes decir tus sueños porque no se cumplen? Pues eso… Como buena rusa, soy supersticiosa.
M.H. En 2014 participó en la película Hércules. Tengo entendido que le vuelve a interesar el cine.
I.S. He hecho alguna cosa más, pero pequeños proyectos para pasarlo bien. Actuar es divertido pero también complicado. Además, cuando quieres hacer de todo, te dispersas. Es mejor centrarse en algo que hagas bien, sea lo que sea.
M.H. ¿La veremos pronto de vuelta en España?
I.S. ¡Ojalá! Voy a tratar de organizar con mi equipo un viaje a Sevilla para unos proyectos… ¡relacionados con el jamón! [Risas]
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