Ha sido una semana muy dura para Cristina Pedroche. Su abuela fallecía el pasado jueves sin poder recibir el aliento de los suyos, y sin que estos pudieran despedirse de ella. La presentadora descargaba todo su dolor en Instagram, esa herramienta muchas veces excepcional para encontrar empatía, pero que, en su caso, en tantas otras recibe reproches y la ira de quienes se esconden detrás del anonimato (sí, incluso en estos momentos, el ser humano es capaz de sacar su vileza…).
No han sido pocos los famosos que han querido dar la cara por ella, desde María Patiño a Carme Chaparro, pasando por ese vídeo, dejando las cosas muy claras, de Violeta Mangriñán. También otros tantos anónimos que han sido capaces de hacer ver que no todo está perdido en cuanto a la educación y a la sensibilidad de las personas que maneja las redes sociales.
Ayer, dos días después de mostrar al mundo que estaba rota de dolor, la vallecana colgaba una imagen, realizando una de sus posturas imposibles, y con la que aprovechaba para mandar unas palabras de agradecimiento a todos los que sí han sabido arroparla ante uno de los golpes más duros de la vida. Por la pérdida, por supuesto, pero sobre todo por cómo y en el momento tan cruel que se ha producido.
Gracias a todos, os siento muy cerca»
«Si la vida se retuerce más me retuerzo yo. Gracias a todos, os siento muy cerca», es el escueto mensaje al lado de la foto en la que se puede ver cómo se observa, ataviada con ropa de deporte y retorciéndose, como bien indica, delante de un espejo que descubre su gesto de seriedad.
En sus ‘sories’, a lo largo del día de ayer, fue mostrando cómo, poco a poco, va animándose a través de tareas cotidianas que podemos realizar en plena cuarentena: desde hacer videollamadas con seres queridos, hasta cocinar, aunque ahí cuenta con ventaja… Anoche tocó pulpo con salsa de mojo picón, cortesía de su marido, el chef Dabiz Muñoz. Ha prometido que hoy sube la receta.
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