Confidencias: Aún hay divas, a otras se las comerá el virus

Hace tres semanas ni en sus peores sueños hubieran imaginado las famosas o las que se hacen llamar ‘influencers’ que se verían limpiando sus casas (aunque no hagan vídeos lo hacen), se matarían a hacer gimnasia para no engordar ni un gramo utilizando botes de conservas y palos de escoba, y que tendrían entrenador ‘pirata’, porque se enganchan a las clases ‘on line’, que las más pudientes por solidaridad comparten con sus entrenadores personales. Lo disfrazan de quedada o ‘challenge’, pero es por aparentar.

Las que eran ricas de verdad, lo siguen siendo. Tengo amigas que cuando hacemos ‘Face Time’ parece que estoy viendo un capítulo de ‘Dinastía’. Una confinada en sus tierras a las afueras de Madrid comiendo sano y paseando a sus perros. Me chiflan sus llamadas porque son creativas, ella se ríe de cómo sacudo el polvo con fuerza mientras ella me habla de reinventarse y de lo mucho que se lava las manos. Otra me conecta desde Punta Cana después de hacerse unos largos en su maravillosa piscina y pulsa el botón para que el servicio le traiga una cerveza.

En el sur tengo una que, por primera vez en su vida, ha limpiado para matar el aburrimiento, pero se resiste a planchar y lo lleva todo al tinte. Paula Echevarría hace hasta barbacoa los domingos. Tiene el casoplón recién estrenado y lo luce en las redes para deprimir al resto de los mortales. Carmen Lomana mata el aburrimiento mostrando su lencería como si fuera una geisha o sus carísimas vajillas que pone para desayunar solo un zumo y un yogur. Con todos los saraos cancelados teme que el personaje se extinga, pero está más en auge confinada. Aún hay divas, aunque hayamos perdido a Lucía Bosé. No quiero ni imaginar a Isabel Preysler, Miranda, Bordiú, Pilar Rubio… confinadas en sus mansiones con el servicio, porque ellas les pagan bien y no salieron huyendo como el de otras.

Luego están las que van de lo que no son. A esas les ha pillado la crisis, por eso se han vuelto locas a cocinar y a compartir las recetas con los seguidores. Parece un casting ‘on line’ para la próxima edición de ‘MasterChef Celebrity’. Siento chafarlas el sueño, pero hace tiempo que se cerró. Ahora no reciben regalos por la crisis, y tampoco pueden pedir vestidos prestados. Por eso salen con camisetas básicas y mallas como las que compramos el resto en Primark.

Ni que decir de los pelos, acostumbradas a ir a peluquerías por la patilla ahora la raíz se las come y solo se hacen coletas. Algunas atrevidas hasta se lo han cortado. Conozco divas a las que el peluquero ha ido a casa estos días. Pero cobra el doble, claro. Decían que el coronavirus no entiende de clases, pero sí lo hace. Y aunque algunas lo intentan disfrazar con bizcochos y posturas de yoga, están de los nervios porque las guerras las hacen los ricos y son los que siempre las ganan. El resto saldrán con menos fantasía que antes y con la tarea de buscar otra profesión que no sea de la de famosa a secas.

Fuente: Leer Artículo Completo