"Medio punk, medio pija". Con esta contradicción describe la diseñadora de vestuario de Empire Records el estilismo que confeccionó para el personaje de Corey, una niña buena en conflicto interpretada por una efervescente Liv Tyler. Desde los gestos hasta la ropa, todo estaba deliberadamente estudiado para perfilar la revolución interna de esta adolescente cuyo jersey de mohair en azul bebé transmitía recato, la falda de colegiala militaba entre el fetichismo y la inocencia y las botas moteras, propiedad de la actriz, introducían cierto elemento de acción.
"No recuerdo exactamente dónde conseguimos la falda, seguramente de Canal Jeans o Patricia Field", ha rememorado Susan Lyall en numerosas entrevistas. Lo que sí recuerda la hija del cantante de Aerosmith es que cambiaron de idea varias veces antes de dar con la versión definitiva, que encontraba por todas partes pelitos de aquel jersey-peluche que cortaron por encima de su ombligo en el mismo set y que la falda de tablas le pareció entonces un cliché. Lo que ninguna de las dos intuyó en el momento es que aquel conjunto se elevaría como icono al mismo tiempo que la película adquiría la categoría de culto por su retrato generacional desprovisto de pretensiones a la manera de Reality Bites.
En la primavera en que la moda acude con nostalgia a los últimos años de la adolescencia y, sobre todo, a su representación en el cine made in Hollywood, aquella falda que permanecía guardada en el cajón de la memoria justo al lado de la camiseta de la capitana de las animadoras se adscribe al selecto grupo de tendencias que se han propiado hasta del último detalle más infantil de la moda -los cuellos bebé, las faldas por encima del muslo que precedían la puesta de largo, los colores pastel, los estampados naïf- para vestir a una mujer adulta. Quizá sensual, pero alejada de la hipersexualización de temporadas MUY pasadas.
La falda mini, a veces estampada, a veces tableada, ha irrumpido en la escena comercial bajo diferentes formas y nombres. Todos ellos de mujer. Todas ellas en la nueva colección de Bershka.
· La falda Angelina (Jolie)
En 1996 casi nadie ponía nombre a la joven actriz de 21 años de rasgos explosivos que irrumpía en un restaurante con una mini (muy mini) falda blanca de tablas, camiseta estampada con una pistola y sandalias plateadas en busca de alguien que la condujera al desierto de Mojave en La luna del desierto. No era su primera película, pero su interpretación de la seductora Ellie Rigby sin duda le allanó el camino hacia otros papeles de éxito en películas como Gia, Inocencia interrumpida y, más tarde, Tomb raider. A día de hoy no es necesario mencionar su apellido cuando hablamos de la falda Angelina.
En Bershka →
© Cortesía de Bershka
La faldita de tenista. COMPRAR
· La falda Rachel (Green)
Con ella los límites entre la realidad y la ficción se difuminan. Bien podríamos haberla llamado por el nombre de la actriz, aunque en este caso es el personaje de Jennifer Aniston en la serie Friends quien las ha llevado de todos los colores: una faldita escocesa de cuadros rojos con calzas blancas hasta la rodilla, una falda de doble altura (larga por detrás) en sus días de camarera, una falda de tubo con hilo verde a juego con su jersey sin mangas en la época Ralph Lauren, muchas minifaldas negras y otras tantas tableadas muy similares a la falda Rachel.
En Bershka →
© Cortesía de Bershka
La falda mini tableada. COMPRAR
A estas se suman otras 8 faldas de Bershka que serán tendencia en verano y que si tienen nombre de actriz es porque sientan de cine.
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