No podía tener ni más razón ni más paciencia. Sé sincera: ¿cuántas veces tuvo que repetir tu madre lo de no acostarte jamás sin desmaquillarte hasta conseguir que le hicieras caso? Te animamos a que lo conviertas todo ahora en tu mantra beauty.
Deja de tocarte la cara
Ahora sabes que los gérmenes y bacterias que arrastras en tus dedos pueden convertir una pequeña espinilla en un estropicio total. Controla los granos mediante geles de protección con ácido salicílico y extracto de chlorella, para equilibrar la flora bacteriana de tu piel.
Encuentra tu perfume propio
Se convierte en una huella olfativa única que perdura en la memoria de los demás. Y seguro que el aroma de tu madre cuando eras niña ha influido en tus propios gustos. Busca acordes únicos, como el té negro maridado con incienso de L’Ombré des Merveilles, lo último de la maison Hermès.
Desmaquíllate siempre antes de dormir
Esto deberías llevarlo a rajatabla. Ya sabes: limpia primero con bálsamo o aceite que disuelve sebo y maquillaje; repasa con una solución jabonosa que arrastre la suciedad; aclara con agua tibia; y termina con un agua micelar que atrape el resto.
No te muerdas los labios
Arrancar de forma nerviosa esas pielecitas secas que se forman en tus labios puedeque te resulte entretenido, pero está lleno de inconvenientes para tu salud: te puedes provocar heridas que se acaben infectando. Lo que tienes que hacer es exfoliar e hidratar bien los labios para que no siga sucediendo. Elige bálsamos emolientes de día (mejor que no tengan petrolatum entre sus ingredientes) y mascarillas específicas de noche.
El colorete lo cambia todo
Si no eres fan, te animamos a descubrir su poder mágico para conseguir un aspecto saludable, como de haber pasado el día en el campo, al instante. Y con solo un toque ligero en el hueso del pómulo. Probablemente tu madre te lo lleva diciendo toda la vida porque, hasta que apareció el contouring, el blush era el arma secreta del efecto buena cara. Sácale partido.
Quítate el pelo de la cara
La gran lucha de todas las madres. Y no te lo dicen solo para que enseñes tu cara bonita (que también, por supuesto). El sebo que acumula el pelo de forma natural se reparte de manera uniforme desde la raíz hasta las puntas siguiendo el recorrido de la hebra para hidratarla y protegerla. Mezclado con los productos de styling y permanetemente pegado a tu cara puede ensuciar la piel del rostro y acabar provocando un desequilibrio que acabe en granitos e imperfecciones.
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