Desde hace algunas temporadas vivimos en una dicotomía en la que las tendencias capilares son cosa de extremos. Por un lado, tenemos el pelo largo extraliso, la tendencia llamada liquid hair o el pelo liso glossy de las Kardashian, corrientes que, en realidad, tienen su origen en las tendencias minimalistas de los años 90. En el lado opuesto están las melenas muy cortas. El corte bob en todas sus versiones ha ganado más adeptas que nunca y sus versiones se multiplican sin que casi nos dé tiempo a asimilar la última cuando ya están surgiendo otras nuevas. Durante las dos últimas temporadas hemos visto el corte bob ondulado, la versión más sofisticada, en pelo liso y en pelo rizado. Tenemos para escoger versiones más cortas -llamadas minibob- que se quedan a la altura de la mandíbula y otras más largas que rozan la clavícula. Aquellas que no se atrevan a sumarse al corte no será, desde luego, por falta de opciones.
Una de las últimas pautas para llevar estas medias melenas es hacerlo con flequillo. Un corte bob es un estilo que por sí mismo ofrece un marco definido para el rostro, lo que hace que las facciones destaquen mucho más. Si a esto le sumamos un flequillo, el efecto se multiplica. Es imposible no relacionar esta apuesta capilar con el glamour minimalista de las parisinas, algo que ha animado a muchos rostros conocidos a experimentar con él: desde Millie Bobbie Brown a Ana de Armas, son muchas las celebrities que han querido comprobar cómo se ve su rostro con este peinado que también deja la nuca despejada.
Este es un corte que imprime mucho carácter a la imagen personal y aporta un cambio de imagen radical, sobre todo si partimos de una melena larga, pero, además, dependiendo del flequillo por el que optemos el resultado puede ser muy distinto. Para las más discretas está el flequillo largo abierto, un clásico que solo supone restar unos centímetros a estos mechones delanteros y su corte a la altura de la mitad de la cara resalta los pómulos. Si quieres ir un poco más allá, los flequillos rectos son algo mucho más radical y favorecen especialmente a las personas de frente ancha.
Y para las más arriesgadas, queda la opción más actual y también la más transgresora: el microflequillo, la tendencia atrevida del lujo. Se trata de una tendencia por la que han apostado firmas como Marc Jacobs y Versace. A través de estas lo hemos visto en los rostros de Gigi y Bella Hadid y también en Lily James, protagonizando la última campaña de bolsos de la firma italiana. Se trata de un flequillo recto que sigue una línea de sien a sien y cuya altura se queda a mitad de la frente o incluso por encima.
Este tipo de flequillo cortado a la altura de las cejas ayuda a enmarcar más el rostro si se suma a un corte que de por sí subraya los límites de la cara. Para evitar la sensación de agobio es buena idea escoger uno que cree un borde desigual y que incorpore pequeños espacios entre sus mechones.
Úrsula Corberó es toda una maestra en lo que se refiere a llevar flequillo. Los ha llevado de todos los estilos. Uno de los más atrevidos es aquel con el que sorprendió en 2017 para la presentación de la primera temporada de La casa de papel. A un minibob ondulado le sumó un radical flequillo recto que iba cortado a la misma altura de sien a sien. Es un corte agresivo solo apto para rostros de facciones suaves como las de la actriz.
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Ese minibob acompañado de un flequillo bastante denso compensa el corte a la altura de la mandíbula con un flequillo que casi sobrepasa las cejas. Para aportar ligereza, este se abre y se alarga ligeramente en los extremos.
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Es una forma de evitar el efecto casco que algunos corte bob pueden generar en algunos tipos de rostro. Con este flequillo, nada atrevido, se rompen las líneas rectas que suele generar este tipo de corte y se añade movimiento.
Este minibob de líneas puras y cabello extremadamente liso se complementa con un flequillo recto que cae a la altura de las cejas. En su conjunto es un corte que asume bastante protagonismo junto a las facciones de la cara.
El flequillo traslúcido es perfecto para aquellas que se quieran sumar a la moda, pero no se atrevan con uno muy contundente. Esta versión aporta el toque sofisticado del flequillo, pero con una ligereza que uno recto tradicional no tiene.
Los estilos más sofisticados de las décadas anteriores a los 80 se recuperan en peinados que se construyen peinados con secador y cepillo redondo, sacando las puntas hacia fuera o hacia dentro y marcándolas mucho. Este corte te conferirá un estilo vintage incuestionable.
El calor del verano parece que ha ayudado a transformar el bob en un minibob. En este caso, además, se le añade un elemento transgresor que se posiciona como una de las tendencias del momento: el microflequillo, unos mechones que se quedan a mitad de camino de la frente y dan protagonismo al rostro.
Las melenas decoloradas se llevan luciendo raíz, una tendencia que le pone un punto grunge a este impoluto estilo. El flequillo abierto dulcifica el corte y ejerce un efecto rejuvenecedor inmediato.
La actriz Ingrid García-Jonsson lucía este rubio dorado en forma de bob, dejando el foco en su flequillo recto, compacto y ligeramente marcado. Esto lo consigue llevando los laterales de su melena a un semirrecogido trasero.
El flequillo hacia un lado no es solo para las melenas más largas. Las medias melenas pueden cambiar mucho cuando se incorpora este elemento. Si quieres optar por la versión más cómoda asegúrate de cortarlo con el largo suficiente para fijarlo con una horquilla.
Este tipo ligeramente ondulado aporta un aspecto informal que es perfecto para restar la seriedad que en muchas ocasiones transmiten las media melenas rectas. Puedes añadir polvo de textura para resaltar más la ondulación de los mechones.
Este tipo de flequillo fue muy habitual durante los años 2000. Se trata de un estilo que se construye con mechones de diferentes largos que se llevan hacia uno de los lados, creando una especie de escalera capilar sobre la frente.
En estos casos, los flequillos se integran como una capa más del corte de pelo aportando movimiento y ligereza al peinado. Pueden ser flequillos rectos enteros o flequillos traslúcidos, como el que se aprecia en la imagen.
Es un flequillo que no está ni ondulado ni liso, simplemente se trata de dejar la textura natural del cabello tal cual, sin tratar de moldearla de ninguna forma. En este caso, se deja el resto de la melena en la misma textura.
El color rosa vuelve a resurgir como tendencia capilar gracias a las propuestas de Megan Fox o Dua Lipa. Si te atreves se convertirá en tu complemento permanente. Este peinado captará todas las miradas por lo que tendrás que equilibrar el look con el resto de elementos.
Llevar un bob con flequillo no es sinónimo de tener que lucir siempre el mismo look. En este tipo de melena funcionan muy bien los semirrecogidos: aportan un aire más juvenil y permiten despejar los laterales de la cara dejando las facciones más a la vista.
Los lazos son un elemento de plena tendencia y no solo en prendas de ropa. Las diademas y bandas del pelo con ellos como protagonistas han vuelto, por lo que incluirlos en un look tendrá un efecto dulcificador y femenino.
Otra forma de dar un giro a este estilo es introduciendo horquillas de clip. Este accesorio se ha recuperado de los años 90 y está muy presente en todo tipo de contextos, aunque es cierto que es la generación Z la que más apuesta por este complemento.
Las mechas anchas, también llamadas ‘chuncky’ han vuelto desde los años 90 -otra tendencia más de aquella década, sí- y también se reinventan para dar paso a esta nueva versión: la melena teñida por partes. Se deja la parte más amplia de un color natural y se decolora el flequillo y los mechones que quedan más a la vista.
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