Ácido glicólico, peeling enzimático… Los nuevos exfoliantes son tu mejor arma antiedad y te enseñamos a usarlos

Los tiempos de la exfoliación semanal con abrasivos productos de bolitas han pasado a la historia. El momento peeling se vive ahora de forma muy distinta. La incorporación de activos propios de la consulta del dermatólogo en formulaciones que puedes usar en casa lo han convertido en el paso imprescindible (y obligatorio) para una complexión perfecta, luminosa y muy rejuvenecida.

Adiós a los gránulos

Los desterramos por dos razones. La primera es medioambiental: las bolitas de plástico que contenían llevaban décadas contaminando los océanos. La segunda tiene que ver con sus efectos adversos en tu piel. “Además de producir microheridas y reventar granitos que se esparcen por toda la cara, se ha demostrado que el rozamiento obliga a la piel a defenderse, por lo que se acababa engrosando. Y a largo plazo consigues el efecto contrario: en lugar de afinar la piel, empeoras su textura”, explica Elena Aparicio, directora de Comunicación Científica de SkinCeuticals.

¡Vivan los ácidos!

Son los protagonistas del peeling moderno y sus resultados hablan por ellos. Los alfahidroxiácidos (como el glicólico, el mandélico o el láctico) rompen las conexiones celulares de los corneocitos superficiales, pero tienen la capacidad de preservar la hidratación. Los betahidroxiácidos (como el salicílico) actúan en poros e irregularidades, pero con beneficios antiinflamatorios. Los polihidroxiácidos, derivados de la lactosa (como la gluconolactona o el lactobinóico), son muy bien tolerados por las pieles sensibles. Juntos o por separado, han cambiado la hoja de ruta de la exfoliación. “Las fórmulas han mejorado mucho. Se han conseguido altas concentraciones de activos en un abanico muy amplio de posibilidades. Hay soluciones para todas las necesidades: desde el peeling intensivo para rostros que lo aguantan todo, a los ultrasuaves y efectivos (pero sin efectos irritantes) para las pieles más sensibles”, añade.

Cuándo, cómo y por qué

Olvídate de las estrictas normas de una exfoliación a la semana. Con las nuevas fórmulas que combinan BHA, PHA y AHA con activos calmantes no solo puedes hacerlo todos los días, sino que deberías. Ya sea en formato crema, mascarilla o incluso limpiador para usar mañana y noche. “Es mejor hacer un peeling selectivo, ligero y gradual día a día con un mecanismo químico que intentar librarte de todo de golpe”, explica Aparicio. La piel se renueva de forma natural, pero el proceso se ralentiza con la edad y con el exceso de grasa. El empujón que le proporciona un peeling con ácidos es esencial. Su efecto renovador intensivo no solo reequilibra el exceso de sebo, también corrige y elimina signos superficiales de la edad, como manchas y líneas de expresión. Pero, sobre todo, actúa a un nivel más profundo. “Estimula la renovación celular de la epidermis. Y la regulación de este ciclo de regeneración funciona como estímulo para la producción natural de colágeno en la dermis, la capa más profunda”, señala la experta de SkinCeuticals. Así que, cuanto más te exfolies, mejor funcionará tu piel y más joven se verá en el exterior.

Poder enzimático

Los ácido frutales presentes en la piña, la papaya y los cítricos funcionan de la misma forma que las enzimas naturales de nuestra piel responsables de la renovación cutánea. Por eso su acción es tan efectiva para arrastrar células muertas del exterior y disolver sebo oxidado sin dañar la piel.

Buena química

No es el único, pero sí el favorito de las pieles radiantes: el glicólico contiene moléculas mucho más pequeñas que los demás ácidos. Por eso su capacidad para romper las uniones celulares es más potente y penetra a más profundidad.

Efecto pulido

Los scrubs (que es como se conoce a los exfoliantes mecánicos de bolitas) no han desaparecido, pero sí se han transformado completamente. Ahora usan polvos y micropartículas naturales biodegradables en sus fórmulas. Y sus resultados se notan de manera inmediata, pero siempre a nivel superficial.


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