Si ya estás lanzada y no hay quien te pare a la hora de hacer tu ejercicio diario, vaya por delante nuestra enhorabuena. Sigue así. Ahora se trata de ver si eres de las que aprovecha la hora de la comida para escaparte a quemar zapatilla o correr en la cinta o, si prefiere, llegar por la tarde a casa, tomarte tu tiempo, desmaquillarte tranquilamente y empezar después con la sesión quemagrasa.
Si eres del primer grupo, ve directamente al tercer paso de este artículo. Para todas las demás, no hay atajo posible si queréis que el ejercicio no se tome la revancha con vuestra piel.
Las primeras cuatro o cinco horas en la oficina habrán asfixiado un poco ya tu cutis. Si no es la calefacción, será el aire de renovación y si no la luz azul que emiten las pantallas, así que la deshidratación y la oxidación –en el grado que sea– la damos por hecha. Sigue nuestro protocolo y, además de estar en forma, tendrás también una piel más tonificada y saludable. Empieza la sesión como es debido:
Desmaquillado
Sabemos que vas con el tiempo justo, así que no dediques más de un segundo para decir hasta luego a tus compañeros. A continuación, si vas a hacer deporte outdoor, dirígete al baño del trabajo, saca tu neceser y, sí, no hay otra opción, invierte cinco minutos de tu valioso tiempo en desmaquillarte. Olvídate de las toallitas de emergencia, porque dado que tienes poco tiempo, lo único que harás será arrastrar el producto, especialmente si vas maquillada, y tampoco es algo que puedas usar a diario. Opta por un gel sin jabón o una mousse hidratante para hacerlo más rápido y que no erosione tu piel. Después no te olvides de pasarte el algodón impregnado en tónico para eliminar cualquier resto de maquillaje. Si no sigues estas pautas y de da por hacer ejercicio toda mona, el sudor se depositará en los poros y hará que proliferen las bacterias, con el riesgo de aparecer con puntos negros, granos, etc. En casos superexcepcionales, si tienes que llevar base de maquillaje porque luego tengas una reunión o porque se te hayan olvidado en casa los cosméticos de color para el postentreno, usa un fondo de maquillaje transpirable. Por otra parte, en este primer paso, lo más engorroso suelen ser los ojos, por el tiempo que lleva eliminar la máscara y hacerlo bien, así que nuestra recomendación es que si no puedes prescindir del rímel, utilices uno waterproof, que resista el asalto sin problemas y que no tengas que retirarte ni antes ni después del ejercicio.
Protección solar
A continuación ponte un fotoprotector de alto espectro, que evitará que te salgan manchas y que el sol (se vea o no se vea) acelere el proceso de envejecimiento de la piel. La radiación también atraviesa las nubes, así que no dejes que se cuele y traspase tu piel. No te olvides tampoco de ponerte un bálsamo labial, con una fórmula resistente al agua y con fotoprotector para evitar que el viento, el frío y la deshidratación cuarteen tus labios. Después coge tu botella de agua (fundamental para ir hidratándote y restituir el líquido que pierdes mediante el sudor) y conecta tu pulsera de actividad. Si pasas mucho calor, te puedes llevar también una bruma hidratante para ir rociándola por la cara, pero ni se te ocurra echarte agua, porque eso la reseca. Preparada, lista, ya…
Limpieza e hidratación
¿Lo has dado todo en el entrenamiento? Pues haz lo mismo en el postentreno. Después de la ducha, toca limpiar muy bien la piel del rostro. Mejor hazlo con una leche limpiadora que aporte algunos lípidos a la piel y un tónico que reequilibre el pH. A continuación, aplícate un sérum que contenga oligoelmentos para restaurar los minerales perdidos, una crema hidratante adecuada a tu tipo de cutis y, si quieres, esto ya es opcional, maquíllate como de costumbre. Si estás muy roja y has llegado con el tiempo justo para ponerte arreglarte y ponerte delante del ordenador, puedes echar mano de una loción antirrojeces, que bajará la temperatura de tu piel en tiempo récord.
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