Hay quien afirma que sin un toque de su perfume favorito antes de salir de casa se siente como desnuda. Y es que el aroma que nos envuelve se convierte en un halo que ayuda al resto de personas a identificarnos, por eso es importante dedicar tiempo a su selección y saber cómo elegir nuestro perfume. Perfumarse es uno de los pequeños placeres que pueden cambiar nuestra actitud en un día torcido y es tan sencillo como apretar el atomizador. Pero, ¿sabemos sacar el máximo partido a estos elixires aromáticos? ¿hay alguna manera de que esta aplicación matutina se pueda prolongar durante el resto de la jornada? La respuesta es afirmativa, pero para ello debemos aplicarlo de una forma concreta.
Lección número 1: aplícalo sobre la piel
Las fórmulas de los perfumes están diseñadas para ser aplicadas directamente en la dermis. Los ingredientes de los mismos interactúan con el cuerpo y con la temperatura de la piel. Por tanto, si ponemos la fragancia sobre la ropa, el pelo o cualquier otra superficie que no sea la piel, el resultado será un aroma diferente a aquel para el que está formulado. Por otra parte, la duración de las notas sobre nuestro cuerpo dependerá de la formulación, pero también del estado de hidratación de nuestro cuerpo. Cuanto más seca esté la piel, más rápido se desvanecerá el aroma. De esta forma, si quieres prolongar la duración del aroma, humecta tu piel antes de aplicarlo.
Lección número 2: no practiques costumbres sin fundamento
¿Has oído alguna vez aquello de rociar el perfume al aire y después pasar debajo para que caiga debajo de ti? Si eres practicante de este ritual, puedes dejar de hacerlo, porque no sirve de nada. Lo único que conseguirás con esta forma de poner el perfume es desperdiciarlo y depositarlos sobre muebles y objetos decorativos que pueden deteriorarse al contacto. Además, si cae sobre el cabello, el alcohol de la fórmula puede resecar la fibra capilar.
Lección número 3: dónde detonar el aroma
Ahora que ya sabemos lo que no hacer, vamos a construir un mapa que nos ayude a saber dónde depositar la fórmula para que el aroma se disperse durante más tiempo y con más intensidad. Los expertos identifican los puntos de pulso, como las zonas donde se debe poner el perfume. Estas son las partes más cálidas del cuerpo y el calor que se concentra en ellas ayuda al proceso de secado del perfume y a emitir el olor.
Mientras que las muñecas y el cuello son los puntos de pulso más conocidos y preferidos por la mayoría de las personas, existen otros con menos fama, pero igual de efectivos. Por ejemplo, poner el perfume en los pliegues de los codos, detrás de las rodillas, detrás de las orejas o en el hueco de la garganta, cerca de la clavícula, contribuirá a maximizar la longevidad de este. Por otra parte, es importante que tengas cuidado con las zonas sensibles de la piel y aquellas que hayan sufrido alguna lesión o presenten heridas, ya que el perfume puede irritarlas.
Una vez aprendidas todas estas lecciones, si todavía quieres sacarle más partido a tu fragancia, te recomendamos seguir este truco de TikTok para que tu perfume dure más. Y si tienes pendiente escoger tu perfume preferido aquí te presentamos los 10 perfumes clásicos más vendidos de la historia.
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