El auge de la K-beauty ha ejercido influencia sobre las tendencias de belleza que imperaban sin competencia en occidente. Así, hemos pasado de venerar la piel mate y querer tener alejados todo tipo de brillos en la piel, a buscar sin descanso el acabado glowy como sinónimo de piel saludable. Y es que una piel jugosa, que desprende brillo, es la máxima expresión de un skincare preciso y adecuado a nuestra piel, de esos que se están compuestos por más de diez pasos.
Pero la realidad es que no todos tenemos el tiempo para llevar a cabo estas rutinas. Además, este tipo de skincare requiere constancia a lo largo del tiempo para producir sus efectos. Por otro lado, cabe apuntar que, la piel de porcelana es casi imposible de lograr, la dermis por definición tiene textura y la apariencia de los poros se hace más presente con la edad. Por tanto, cuando veas una piel completamente uniforme en una valla publicitaria o en las redes sociales, piensa que seguramente habrá sido fruto de un buen cuidado facial, pero también habrá contado con la ayuda extra de una buena iluminación o un programa de retoque fotográfico.
Pero tenemos buenas noticias para aquellas que prefieren unirse a la tendencia de la simplificación de las rutinas faciales: el maquillaje nos puede ayudar a conseguir ese efecto jugoso que parece que emana desde el interior.
Paso a paso para una piel jugosa
Paso 1, limpieza
Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que nuestra piel está limpia. Sin este paso, todo lo que pongamos después perderá eficacia y repercutirá en un mal resultado. Para esto, si estamos maquilladas, debemos usar nuestro desmaquillante habitual y si no lo estamos también debemos limpiar la piel. En este caso, impregnaremos un disco desmaquillante con agua micelar y lo pasaremos a toquecitos por todo el rostro. Sin arrastrar para no irritar la piel.
Paso 2, hidratar
Con el objetivo de construir una base ideal para el resultado que estamos buscando, haremos este paso con una bruma facial. Aunque queremos un efecto jugoso en la piel, no deseamos este brillo a partes iguales por todo el rostro. La zona T es un área de la cara que suele tender a generar brillos por sí misma, por eso en este paso evitaremos rociar producto en la misma. En este paso debes concentrar la aplicación en las mejillas y en los contornos del rostro, que son las zonas donde buscamos el brillo.
Ahora es el turno de aplicar la crema hidratante, tras unos segundo de espera para que se absorba el producto anterior. Es el momento de apostar por las texturas untuosas y las fórmulas de hidratación intensa que se traducirán directamente en esa jugosidad buscada. También debes poner en este momento tu hidratante labial, de manera que hará su efecto mientras realizas el resto de la rutina y tus labios estarán listos cuando quieras maquillarlos.
Paso 3, el fondo de maquillaje
Este es uno de los pasos claves para conseguir el efecto glowy. Dependiendo de cómo sea nuestro rostro y de la cantidad de imperfecciones que deseemos ocultar, podemos optar por una base de acabado luminoso o por una BB Cream. La manera de aplicar el producto también es clave, pues si lo aplicamos con una brocha obtendremos un resultado más opaco y uniforme, mientras que si lo hacemos con una esponja, el acabado será más fresco y más natural, justo lo que buscamos.
Paso cuatro, ilumina
Aunque ya existen en el mercado productos para conseguir este efecto mojado sobre el rostro, no es necesario acudir a uno de ellos para conseguir el efecto. Una simple barra de hidratante labial o un tarro de vaselina será suficiente para poner ese toque extra de humedad allí donde queramos. Toma el producto con los dedos, caliéntalo un poco y deposítalo en la parte más alta del pómulo, en el arco de cupido en la punta de la nariz e incluso en los párpados.
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