La celulitis, que es una acumulación de agua, grasa y residuos en la capa interna de la piel, que hace que se vea irregular, parecida a la piel de una naranja, afecta a casi un 90% de las mujeres. Sin embargo, el problema no se ataja llevando una dieta sana, practicando ejercicio de manera habitual, no bebiendo ni fumando y aplicándose a diario un producto anticelulítico. En ocasiones es necesario recurrir a una crema reductora (cuando existe exceso de grasa) o a una reafirmante (cuando hay flacidez).
Cuando el exceso de grasa es el problema, lo más habitual es que venga acompañado de celulitis o piel de naranja. La crema reductora “actúa directamente sobre el tejido adiposo para reducir el volumen corporal en las zonas donde más acumulación de grasa hay. Contiene ingredientes lipolíticos que aceleran la combustión de las grasas y sus activos no permiten la fabricación de más tejido adiposo”, explica Sonia Márquez, directora de Comunicación de + Farma Dorsch. Por tanto, debes utilizarla en la zonas afectadas (vientre, cartucheras, flancos, cara interna de los muslos, brazos, espalda y rodillas), pero también es aconsejable “acompañar su aplicación de un tratamiento lipolítico natural ingerido. Esto se debe a que la grasa localizada se encuentra en el tejido celular subcutáneo y es más difícil que los cosméticos puedan solucionarla por sí solos”, aconseja Laia Puig, responsable de cosmética de LPG.
Lo aconsejable es que la apliques mañana y noche, con un masaje ascendente y circular que favorezca la total penetración del producto. Notarás que sus efectos son medibles en términos de reducción de centímetros, aunque no los aprecies en la báscula. Aunque esto no te exime de seguir una dieta baja en grasas ni de moverte a diario.
La flacidez suele aparecer en la madurez, aunque también pueden tenerla personas más jóvenes que han perdido mucho peso de manera repentina, y normalmente está presente en brazos, piernas, muslos, abdomen o glúteos. Una buena crema reafirmante corporal “debe tener activos que trabajen la firmeza a tres niveles: superficial, creando una matriz tensora en la superficie; medio, promoviendo la formación de colágeno y elastina, y a nivel más profundo, mejorando el anclaje dermo-epidérmico para así poder observar una superficie de la piel más lisa”, expone Paola Gugliotta, máster en dermocosmética y creadora de Sepai.
La flacidez se produce cuando la piel cede y pierde su elasticidad, que depende principalmente de la elastina y el colágeno, activos que se van degradando en el organismo con el paso de los años. Por tanto, los cosméticos que elijas para combatirla debes incluir en su formulación activos que favorezcan la producción de fibras de colágeno y elastina. Y acompañarla de una dieta sana, rica en proteínas y ejercicio constante.
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