Este pintalabios de Hermès no se acaba nunca (es recargable)

Las apariencias engañan. El naranja de sus célebres cajas no es el color de Hermès. Es, sorpresa, el rojo. En 1925 la maison lanzó por iniciativa del atrevido Èmile Hermès el Rouge Hermès. Con esta mezcla de marrón burdeos y púrpura se comenzó a teñir la piel; hasta entonces, ninguna casa había inventado un tono para el cuero.

Si esto fuera un documental, habría una elipsis y llegaríamos a 2020, momento en que la maison lanza el primer capítulo de su nuevo, y muy esperado, métier: Hermès Beauty. ¿El nombre? Rouge Hermès, en un doble guiño a ese primer color y a la palabra labial en francés. Ese Rouge H es una de las 24 tonalidades —más las tres de la edición limitada— de los labiales de este proyecto cosmético, el primero en sus 183 años de historia. Son bastantes, pero pocos si los comparamos con los 75.000 que tiene archivados Hermès en su sede de Lyon.

Otros son el Rouge Bleu, el Rouge Orange o el Rouge Pigmento. Aquí no hay pantones, hay matices. Todos ellos se mezclarán con otro pigmento, el de la piel. ¿Y el naranja mítico? Existe, bien sûr. El Orange Boite. Y aquí es cuando, en ese documental imaginario, saltaríamos a 1942. La guerra había dejado a Francia sin provisiones y hubo que fabricar cajas con el tono disponible: el naranja vibrante que hoy no es un color, es una cultura.

Volvamos a 2020. Hermès Beauty surge de un diálogo entre oficios y, a la vez, de las eternas ganas de jugar de la marca. Rouge Hermès son productos para elevar los labios: labial, pincel, bálsamo, lápiz y brillo —Poppy Shine—. Los primeros se aplican con un gesto y prometen convertirse en objetos compañeros. Todos son poéticos, funcionales y… reciclables. Si el lujo es lo que se puede utilizar y utilizar, todos cumplen la premisa: son recargables. La forma es el fondo.

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