Durante su visita de Estado a Andorra la semana pasada la reina Letizia volvió a acaparar flashes con sus brazos al descubierto. Desde hace años es evidente lo trabajada que tiene esta parte de su anatomía, algo que ha atraído la atención incluso de los medios internacionales. Entre ellos, el dominical Observer, el suplemento de The Guardian, titulaba una de sus noticias en 2107: "Cuidado Madonna, todo el mundo habla del bíceps de la reina Letizia".
Este grado de tonificación responde a una rutina deportiva estricta y también responden a su cuidadaalimentación. Al parecer, la reina sigue desde hace años una dieta ideada por el doctor Nicholas Perricone, pensada no tanto para adelgazar, como para mantener la salud de la piel. Según este dermatólogo norteamericano, envejecemos por culpa de la inflamación y la alimentación inadecuada. Su objetivo es frenar la oxidación celular a través de lo que ingerimos y por eso esta dieta se la denomina de la eterna juventud. Además de a Letizia, ha seducido a personajes como Eva Mendes, Gwyneth Paltrow, Cate Blanchett, Uma Thurman, Kate Hudson o Julia Roberts.
Según cuenta el doctor hay una serie de alimentos o bebidas comunes que puede que no solo añadan kilos de más, sino que su ingesta puede acelerar la velocidad a la que se envejece. Según el especialista, la clave está en evitar aquellos que supongan un pico glucémico alto al digerirlos: "Por ejemplo, el azúcar, que es es responsable principal de la glicación, proceso por el que las moléculas de los azúcares se adhieren a las fibras de colágeno y provoca que pierdan elasticidad. Es como si el colágeno se caramelizara o cristalizara, partiéndose. Además, ataca también a los componentes de la membrana plástica celular, favoreciendo el envejecimiento de las células", explica el doctor Perricone, y da las pautas de los alimentos que se deben evitar en la cesta de la compra:
Café
Según el doctor, se ha demostrado que su ingesta eleva los niveles de cortisol, la ‘hormona del estrés’, que produce un incremento de la insulina, una mayor inflamación celular y una alteración de la barrera cutánea que, como consecuencia, puede provocar la hipersensibilidad o procesos de imperfecciones.
Zumos
En una fruta al natural, aunque pueda contener mucho azúcar, ésta se metaboliza bien por el alto contenido en fibra. En cambio, en un zumo se ingiere el jugo, pero no la fibra, lo que reduce la correcta metabolización y produce picos de glicación.
Refrescos light y bebidas edulcoradas
Su alto contenido en químicos y edulcorantes aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, favorece la absorción de grasas y dificulta una correcta digestión y procesamiento de los nutrientes.
Alcohol
Los metabolitos, unas moléculas conocidas como aldehídos, dañan la membrana plasmática y producen una reacción inflamatoria en las células. Por sus polifenoles, o antioxidantes que protegen el organismo, solo puede tomarse vino en contadas ocasiones.
Pan blanco y copos de maíz
Su alto índice glucémico es un gran responsable de la glicación. Lo mismo ocurre con otros como las pastas o los arroces.
¡Sorpresa!
En pequeñas dosis, el doctor no erradica de la lista el chocolate. Eso sí, hay que ingerirlo lo más puro posible, sin leche ni azúcares añadidos para que ejerza como antioxidante y evite el ataque de los radicales libres. Además, contiene magnesio, que regula los niveles de azúcar, ayuda a fijar el calcio, controla la flora intestinal y protege el sistema cardiovascular
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