Es el problema número uno de cualquier persona que desee someterse a una operación de cirugía estética y no tenga problemas para financiarla: parar la actividad el tiempo suficiente como para completar la recuperación y, en el mejor de los casos, que desaparezcan las huellas de la intervención, sobre todo si ha afectado a la cara. En el caso de las famosas, la necesidad de no ser vistas hasta que todos los músculos y la piel se recompongan y asienten en su nueva posción es vital: necesitan que sus retoques pasen lo más inadvertidos posible. El confinamiento debido al coronavirus ha significado, en este sentido, una oportunidad: una excusa para desaparecer de la faz de la tierra durante semanas, sin el estrés de rodajes, managers, periodistas y fotógrafos. Así, mientras la mayoría aprovechamos la pandemia de la Covid para arreglar los armarios, las celebrities pensaron desde el minuto uno en la cirugía.
Steven Levine, uno de los cirujanos estéticos más prestigiosos de los Estados Unidos, ha revelado al website ‘The Cut’ que, efectivamente, tiene la agenda a rebosar de peticiones de las actrices, supermodelos y ‘socialites’. Sus peticiones son ambiciosas: aumentos de pecho, liftings faciales, liposucciones y todos los retoques de la cara (nariz, ojos, cuello). Intervenciones quirúrgicas que requieren un postoperatorio y una recuperación de semanas. Desafortunadamente, tienen que ser relegadas a la lista de espera, pues aunque estén a tope de clientes, las clínicas no pueden aún operar.
Es sintomática la necesidad de las famosas por aprovechar este tiempo, tan suculento por el anonimato que permite. En este sentido, el doctor Levine confiesa que las ‘celebrities’ son capaces de casi todo con tal de no ser vistas en las clínicas de estética. Por ejemplo, en vez de solicitar una consulta normal, le piden ser el único paciente del día e incluso hacen que el personal firme un acuerdo de confidencialidad. Algunas famosas le han pedido que pase la primera noche tras la operación con ellas o incluso que pase las consultas postoperatorias en su casa, requerimientos que este doctor suele atender. Sus facturas son, claro, astronómicas. Y las famosas, encantadas.
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