Era hora de que a la manicura tradicional le llegara una vuelta de tuerca como esta. La manicura rusa, un tratamiento que acaba de llegar al salón Vanitas Espai (Madrid), propone una evolución de la técnica que conocemos de toda la vida que se basa en el respeto máximo de la integridad de la uña. No necesita ya de ningún medio acuoso que favorezca la eliminación de piel, pues no erradica las cutículas por su papel fundamental a la horade proteger las uñas de bacterias e infecciones. Todo el procedimiento se realiza, por tanto, en seco, con lo que resulta muchísimo más higiénico y preciso.
La manicura rusa, a pesar de cuidar muchísimo esta piel que rodea la uña y evitar arrancarla, sí se preocupa de tratarla, pero con una cuidadosa eliminación de la parte muerta mediante el torno eléctrico y varias fresas en función del tamaño de la uña. Al utilizar esta herramienta, es innecesario utilizar agua para ablandar ningún tejido. El mismo torno sirve para terminar el pulido final, con lo que quedan también descartados alicates y palitos de madera y reducidas al máximo las posibilidades de infección.
Además, la manicura rusa trata la superficie de la uña con limas desechables que buscan conservar en todo momento esas óptimas condiciones higiénicas que a veces decaen en algunos establecimientos. Gracias a este limado tan preciso, el esmaltado resulta más fácil deaplicar y tiene una vida más duradera. El proceso es bastante minucioso, sobre todo por el trabajo de torno, con lo que una buena manicura rusa con esmaltado puede alargarse hasta los 45 minutos o incluso una hora. Eso sí: las uñas quedan espectaculares.
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