Con la llegada del buen tiempo, dar la bienvenida al verano con la piel morena se antoja como una de las necesidades más demandadas en estas fechas. Conseguir un bronceado perfecto es una de las tareas más complicadas y requiere, sin duda alguna, un proceso previo de preparación y uno de mantenimiento posterior para conseguir los resultados deseados.
Muchos son los factores a tener en cuenta antes de someter la piel al sol. Dependiendo de lugar en el que se exponga puedes conseguir un tono más dorado o anaranjado, el traje de baño y las gafas de sol dejarán marcas o incluso, el simple hecho de sentarse en un banco un día de altas temperaturas puede ser un factor de riesgo. Porque el sol, más allá de la estética, puede ser perjudicial para tu piel.
Y aunque es cuestión de gustos y más allá de la vitamina D que proporciona, muchas son las personas que ansian broncear la piel esperando que la ropa le siente mejor o con el objetivo de prescindir de maquillaje. Por esta razón, evitar la quemadura solares, las marcas y la caída de la piel es fundamental para prevenir su envejecimiento, manchas y los problemas y enfermedades futuras.
Prepara tu piel
Obtener el tono deseado es posible si se sabe cómo hacerlo. Cuando la piel se expone ante los rayos UVA, se estimulan las células de melanocitos que favorecen a la producción de melanina como método de protección.
Conseguir esta melanina es el primer paso para tener un color uniforme y evitar la descamación. Una o dos semanas antes de exponerse al sol, exfolia tu piel para evitar que queden restos de piel muerta sobre la misma.
Protégete adecuadamente
Si hay un paso que es imprescindible y que no puede faltar, es el de aplicar la protección solar adecuada al tipo de piel. El grado de protección, o lo que es lo mismo, su factor, te ayudará a evitar las quemaduras y el daño en la piel. Apuesta por cremas con amplio espectro de protección UVA y UVB y si te quemas fácil, no bajes nunca del factor número 30. Recuerda además, añadir la protección solar cada dos horas de sol para protegerla durante mayor tiempo.
El fotoprotector ISDIN Lotion Spray de SPF 50, es perfecto para aplicar incluso sobre piel húmeda. Sus texturas son ligeras, de rápida absorción y no tienen residuos grasos.
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Sé consciente de las características de tu piel
Ninguna piel es igual a otra. Las personas de piel de tipo 1 y 2, que son las de tez más clara, rara vez llegan a broncearse sino que, por lo general, suelen quemarse. En cambio, las personas de piel de tipo 3 y 4, la piel de oliva, se broncean muy rápido.
Teniendo en cuenta y siendo consciente de cuál es tu tipo de piel, deberás someterte más o menos tiempo al sol, con una frecuencia mayor o menor en días y escogiendo adecuadamente el grado de protección solar.
Cuida tu piel tras tomar el sol
Tan importante es el antes como el después. La crema hidratante es un requisito obligatorio si se ha sometido la piel a radiación solar. Aplica aftersun y continúa el cuidado de la piel con cremas especiales para su hidratación y recuperación.
El aftersun de Ecran repara el daño, refresca y calma la piel.
Leche reparadora 400 mL (4,95 euros), de Ecran en Primor.
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También, la marca Embryolisse tiene a tu disposición una serie de cremas que hidratan, protegen, limpian y calman la piel para favorecer su elasticidad y suavidad al instante.
Lait-crème concentré (19,50 euros), de Embryolisse
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Haz que brille
Si la hidratación de tu piel es fundamental, mantener su aspecto con brillo es deseable. Por esa razón puedes aplicar también aceites y cremas que ensalcen su color a la vez que le otorgan los nutrientes, hidratantes y vitaminas que necesita.
Cocunat te ofrece The Glow Body cream, una combinación de aceite de coco, jojoba y manteca de Karité que previene el envejecimiento y nutre en grandes cantidades tu piel estimulando la producción de colágeno y elastina.
Crema de cuerpo The Glow (44,95 euros), de Cocunat
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