La última aparición de la reina Isabel II tuvo lugar este fin de semana camino a Norfolk, donde asistió como ya es tradición a la eucaristía celebrada en la iglesia de Santa María Magdalena. En el coche –donde se cubrió las piernas con una manta azul– no iba sola: la acompañaba la esposa de su último hijo, la condesa Sofía de Wessex, quien robó todo el protagonismo de la monarca.
Sus últimos estilismos, como el abrigo inspirado en Kate Middleton que lució en la visita la Real Academia Militar de Sandhurst, han hecho que se postule como una de las mujeres más elegantes de la familia real británica. Y en esta ocasión supera incluso a su suegra.
Bajo su impresionante abrigo de Armani, ideal para afrontar el temporal de Gran Bretaña, la esposa del príncipe Eduardo llevaba unos pantalones estilo culotte con pliegues en tonalidad ciruela firmado por la diseñadora Emilia Wickstead y botines de tacón oscuros.
Pero lo que más ha destacado en su outfit ha sido el complemento predilecto de Isabel II: el sombrero. Esta vez, Sofía ha deslumbrado con su brillante elección de la firma londinense Hicks & Brown. El modelo Suffolk Fedora confeccionado en lana color camello acabado a mano con una envoltura de plumas de faisán.
¿Qué mejor que completar el conjunto con una pieza tan exótica y a la vez tan ‘royal‘ como ha hecho la duquesa de Wessex? No será la última vez que un miembro de la realeza se decante por uno de estos modelos.
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