Anabel Pantoja y Kiko Matamoros se tiran los trastos a la cabeza

  • Anabel Pantoja comparte su nuevo retoque estético.
  • La guerra entre Kiko Rivera y su madre está dejando muchos afectados por el camino.

    El fuego están encendido y la leña arde, tanto que Anabel Pantoja y Kiko Matamoros han protagonizado uno de los mayores enfrentamientos que se recuerdan en ‘Sálvame’. «Mono», «cerdo», «payaso», «mamarracho» y «sinvergüenza» son solo algunas de las lindezas que se han lanzado.

    Todo ha comenzado cuando los colaboradores del programa estaban dado su opinión sobre la última entrevista de Kiko Rivera, en la que lanzó un ultimátum a su hermana y a su prima Anabel, pidiendo que se decantasen por una de las parte en su enfrentamiento con su madre, aunque fuese en privado.

    «Ha sido la entrevista definitiva. Por un lado Kiko ya sabe que tenía derecho a recuperar lo que es suyo. Dos, los que toda la vida han pensado que ese chico era tonto, que era manejable y no tenía dos dedos de frente, les ha demostrado que tiene agallas para regalar y sobre todo muy buenos sentimientos, porque si lo dijera todo, la destrozaba. Y lo último, por pedir que se pronuncien a su hermana y su prima, de una vez. Se lo ha pedido y es casi una exigencia«, comentaba Kiko Matamoros. Y continuaba: «Anabel es como los monos de Gibraltar se tapa los ojos para no mirar. A ella le interesa no conocer».

    Una comparación que no ha gustado a Anabel, que llamaba «cerdo» a Matamoros. «Le he leídolos labios y decía «que cerdo es», afirmaba el colaborador. Anabel le contestaba: «Tu me llamas mono, yo te llamo cerdo.Me tienes hasta el mismísimo». Y a partir de ahí comenzaba una retaíla de insultos y reproches. «Me has llamado cerdo, yo ha sido una metáfora. La que se produce como una cerca y como una cobarde eres tú«, decía Kiko. A lo que Anabel contestaba: «Tú si que eres un cobarde. Payaso, mamarracho, lo único que quieres es hacer daño».

    Para Kiko, su compañera ha quedado «con el culito al aire. Llevas tres meses metiéndote debajo de una mesa y allí abajo, al final, se está incomodo y te puedes llevar una patada de los que están jugando. Elige entre el afecto de tu primo o el gazpacho de Cantora», sentenciaba el colaborador. Anabel no se callaba y añadía: «Miedo ninguno. Si me quedo sin eso será el destino. No es mi guerra. Yo no me he pelado con nadie. Sin vergüenza».

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