La familia que reza unida, permanece unida. Esa es una máxima que se sigue al dedillo en casa de Anne Hathaway. Hasta el punto que, llegado un momento en el que uno de los miembros no iba a ser aceptado por la doctrina que seguían, decidieron cambiarse de confesión religiosa en grupo. Si eso no es lo que se llama una piña…
La actriz se encuentra en pleno rodaje de la adaptación a la gran pantalla de ‘Barrio Sésamo’ y ha salido a la luz ese cambio de creencias y lo que lo motivó. Hathaway creció en una familia católica practicante. Todo cambió cuando su hermano mayor, Michael, reveló en casa a los 15 años que era gay. Algo que no trajo mayores problemas en su familia.
Sin embargo, el hecho de que la iglesia de Roma no acepte la homosexualidad como una forma válida de amor, provocó que los Hathaway buscaran una alternativa para seguir cultivando la fe. Y encontraron abrigo espiritual en la iglesia episcopal. Una manera de seguir adelante, pues la fe había servido a Gerald Hathaway y Kate McCauley para sacar adelante a sus tres hijos.
Anne por entonces tan solo era una niña que siguió la decisión de su padre. Una vez se convirtió en una de las mayores estrellas de Hollywood (a día de hoy es la actriz mejor pagada, con un sueldo de algo más de 13 millones de euros), se erigió en uno de los rostros visibles de la lucha LGTBI+ a nivel mundial, apoyando de especial manera el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un compromiso adquirido gracias a esa educación que le dieron en su casa. Unas raíces que Hathaway, a pesar del brillo que irradia, no parece que vaya a olvidar nunca. Le honra.
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