Cuando una estrella de Hollywood se divorcia tiene dos posibles ejemplos a seguir: el de Gwyneth Paltrow y Chris Martin, es decir, hacer lo posible por llevarse bien para que sus hijos no sufran ningún trauma; o el de Angelina Jolie y Brad Pitt, que llevan años litigando para decidir quién se queda con la custodia. Ninguna de las dos opciones está exenta de sacrificios, aunque es evidente cuál acaba haciendo más daño. Por eso sorprende mucho que Armie Hammer haya escogido la segunda.
El actor anunció el pasado mes de julio que había decidido separarse de su mujer Elizabeth Chambers después de una década de feliz matrimonio. Una ruptura inesperada que no solo les afecta a ellos, sino también a sus dos hijos: Harper, de 5 años, y Ford, de tres. Una niña y un niño que se quedaron a vivir con su madre en las Islas Caimán, donde la familia pasó la cuarentena, mientras que su padre se marchaba a Estados Unidos, donde lleva asentado desde entonces.
Y aunque en estos casos es normal que uno de los progenitores abandone el domicilio conyugal, aquí el problema reside en que ahora Elizabeth y Armie viven en diferentes países, algo que hace muy complicado para el actor poder ver a sus hijos todo lo que quisiera. De ahí que Hammer haya decidido poner una demanda a su todavía esposa para que un juez le ordene regresar inmediatamente a Los Ángeles con los niños.
“Viendo que la pandemia del coronavirus empeoró en los Estados Unidos, Elizabeth y Armie decidieron quedarse temporalmente a vivir con sus hijos en las Islas Caimán, donde la crisis sanitaria estuvo siempre bajo control”, explican los abogados del actor en la demanda a la que ha tenido acceso The Blast.
“Armie regresó a Los Ángeles el pasado julio no sin que antes Elizabeth le prometiera que ella y los niños seguirían sus pasos en breve. Sin embargo, han pasado los meses y Elizabeth y los chicos siguen en las Islas Caimán, algo que ha impedido a Armie ver a sus hijos durante demasiado tiempo”, defienden con la esperanza de que el juez encargado de tomar una decisión al respecto se decante a favor del actor, que también declara algo al respecto en la demanda.
“Cuando le pregunté a Elizabeth cuándo iba a venir a Estados Unidos me dijo primero que los aeropuertos estaban cerrados. Poco después, me enteré a través de sus abogados que no era verdad, que solo se habían limitado algunos vuelos y que al final vendrían a Los Ángeles en el primer avión que llegara aquí en octubre. Pero estamos a mitad de mes y eso no ha ocurrido”, se lamenta Hammer.
¿Estaremos ante el nacimiento de los nuevo Brangelina? ¿O se trata solo de un pequeño bache en el proceso de divorcio? Por el bien de los niños, ojalá sea lo segundo.
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