Posó, al cumplir quince años, casi como un actor de cine o como un ídolo adolescente: natural, pero seguro de sí mismo, y sin sus padres, alternando la camiseta blanca, una chaqueta azul, un jersey azul y una cubre camisa en tonos verdes. Su corte de pelo era perfecto: atractivo y ligeramente descuidado, totalmente a la moda. Christian de Dinamarca, hijo de los príncipes Federico y Mary, nieto de la estricta reina Margarita, y segundo en la línea de sucesión al trono, empieza a dar sus primeros pasos como heredero.
Christian nació el mismo año que Leonor, en 2005 y es el único varón de la nueva generación de futuros monarcas europeos. También ha sido el único heredero adolescente en haberse contagiado de coronavirus, tal y como anunció la Casa Real en Diciembre. El joven permaneció aislado en el palacio de Amalienborg y parece que nadie más de la familia se vió afectado.
Este sábado 15 de mayo ha celebrado su confirmación, en la iglesia del palacio de Fredensborg, tras haberla pospuesto por culpa de la pandemia. Aunque no ha podido contar con la presencia de la Princesa Victoria de Suecia, ni con la de Haakon y Mette-Marit de Noruega, sus padrinos de bautismo, por las restricciones de movilidad. La celebración ha sido íntima y familiar. El joven contó con la ayuda de su abuela, la Reina Margarita para preparar la ceremonia, semanas antes.
De ojos azules y muy parecido a su madre, Mary de Dinamarca, Christian Valdemar Henri John fue el primero de la familia real en acudir a una guardería y, más tarde, a un colegio público. Acompaña a sus padres en numerosos viajes oficiales y suele aparecer en las fotos con aspecto informal y divertido. Parece que no quiere dar la imagen de un chico aburrido atrapado en el protocolo, aunque es responsable y muy consciente de cuál será su futuro, como les ocurre, ya desde niños, a los herederos al trono, como la princesa Leonor o la Princesa Isabel de Bélgica.
De Christian dicen que es muy familiar y cariñoso y que le gusta mucho viajar en familia. Comenzará el año que viene sus estudios en un internado, pero no saldrá de Dinamarca. El centro es el exclusivo Herlufsholm Gymnasium, a 80 kilómetros de Copenhague, donde terminará la secundaria. Esta escuela fue fundada en el siglo XVI para formar a la nobleza danesa y está situada en un antiguo monasterio benedictino del siglo XII. Acoge a unos 600 estudiantes, los cuales unos 250 son internos, como el príncipe. Se distingue por su disciplina y por la participación de los alumnos en actividades solidarias y deportes como parte de su formación. Su precio es de más de 21.000 euros al trimestre.
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No es la primera vez que Christian asiste a un internado. En 2020, ya estudió en un centro de Verbier, en Suiza, con sus hermanos, Isabella y los mellizos Vincent y Josephine, justo antes de declararse la pandemia, y todos tuvieron que regresar a Dinamarca por las restricciones. Después de las vacaciones de verano, Christian ingresará en su nuevo colegio, abandonando el centro público en el que ha estudiado desde niño, el Tranegardskolen. Compartirá habitación con otros estudiantes y llevará un uniforme de pantalón negro, camisa blanca y jersey gris. Dejará la escuela, algunos fines de semana, para ver a su familia.
Christian estuvo a punto de morir ahogado cuando fue arrastrado por la corriente en la playa de Mermaid Beach, en Australia, cuando tenía nueve años, y tuvo que ser rescatado por un socorrista. La familia se había tomado unos días vacaciones en el país de origen de la princesa Mary. Afortunadamente el incidente no acabó en tragedia y hoy el príncipe Christian empieza a convertirse en un joven atractivo y disciplinado que algún día ocupará el trono de Dinamarca.
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