Tal y como estaba previsto, Pepa Flores, Marisol, no acudió a recoger su Premio Goya de Honor a la gala que se celebró el pasado sábado en Málaga. Y como se sabía, fueron sus hijas las encargadas de recibirlo en su nombre. Estaba previsto que Celia Flores cantara. Y cantó. También que María Estévez fuese la portavoz. Y lo fue.
Lo que estaba fuera del guion era que la tercera de sus hijas, la que menos conoce el público, tuviese un pequeño papel secundario en este homenaje. Tras escuchar a Celia cantar ‘Estando contigo’, Tamara Estévez rompía en un llanto desconsolado de emoción. María se daba cuenta y, aunque dejó claro que no estaba previsto, invitó a su hermana a subir junto a ellas. Lo hizo.
Pero, ¿quién es Tamara? ¿A qué se dedica la menos mediática de las hijas de Marisol? A sus 43 años, ha conseguido burlar los focos, tal y como lleva haciendo su madre desde hace 35 años (motivo por el que no se dejó ver este fin de semana, no permitiéndose si quiera esa excepción en un día tan importante.
Tamara, que se licenció en Psicología en la Universidad de Málaga, es coordinadora provincial de la ONG Fundación Secretariado Gitano en la ciudad que la vio nacer y en la que se vivió ese torrente de emociones en torno a su madre. Además, es madre de una niña que, dicen, es la debilidad de su abuela, Pepa Flores.
Una vida discreta de la que apenas se conocen unas pinceladas que han visto a la luz después de que llegara a todo el mundo al corazón con esas lágrimas en el Martín Carpena en un homenaje lleno de cariño hacia su madre.
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