Meghan Markle no pudo estar en la celebración del funeral del duque de Edimburgo que tuvo lugar este pasado sábado en los alrededores de Windsor por recomendación médica -la duquesa de Sussex se encuentra en un avanzado estado de gestación-. Una ausencia muy sonada, sobre todo tras la polémica entrevista con Oprah Winfrey, que no impidió que Markle fuera testigo del último adiós del abuelo del príncipe Harry.
Al igual que millones de personas de lado a lado del globo terráqueo, la ex actriz siguió el emotivo funeral a través de la televisión desde California, su lugar de residencia actual, según confirmaba este mismo fin de semana un portavoz de la propia Meghan Markle a Harper’s Bazaar UK.
Además, la duquesa de Sussex quiso tener un significativo detalle con Felipe de Edimburgo y envió a Londres una gran corona de flores acompañada por una nota manuscrita.
La florista Willow Crossley, quien también se encargó de los arreglos florales del bautizo de Archie y de la boda de Meghan y Harry, fue la elegida para diseñar esta corona tan especial. Según mencionan en la cabecera británica, esta elección incluía la flor nacional de Grecia con la que se representa la herencia del príncipe Felipe; campanula, que representa la gratitud y el amor eterno; romero, que significa recuerdo; lavanda, en señal de devoción, y rosas, en honor al mes del cumpleaños del príncipe consorte, junio.
Con anterioridad, y a través de la web oficial de Archewell, tanto el príncipe Harry como Meghan Markle habían conmemorado al duque de Edimburgo con un comunicado, que posteriormente el hijo de Lady Di acompañaba con una amplia declaración donde hacía referencia a su estrecha relación y a los grandes méritos de tu abuelo.
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