El fallecimiento de Ari Behn a los 47 años ha conmocionado a Noruega desde el día de Navidad. El mismo día en que la hija mayor de los reyes noruegos Harald y Sonia, la princesa Marta Luisa, presentaba en sociedad a su nueva pareja, el chamán californiano Durek Verret, saltó la triste noticia del suicidio de su exmarido. Ari Behn además de haber sido miembro de la familia real por su matrimonio con Marta Luisa de Noruega durante más de una década (ella dejó de recibir el tratamiento de Alteza Real tras la boda tratando así de quitar responsabilidad a la pareja), era un conocido y excéntrico pintor y escritor. De ahí que se haya decidido que su funeral se celebre el próximo 3 de enero a la una del mediodía en la Catedral de Oslo para que quienes quieran despedirlo puedan hacerlo sin restricciones de espacio.
Será una ceremonia religiosa abierta a los noruegos que oficiará el obispo de la ciudad a la que asistirá un representante del Gobierno y sus familiares más cercanos, entre ellos su exmujer -probablemente acompañada de otros miembros de la familia real- y sus hijas, Maud Angelica de 16 años, Leah Isadora de 14 y Emma Tallulah de 11 sin títulos reales porque sus padres así lo habían querido para que pudieran llevar una vida lo más normal posible, como también él quería. Ari Behn quería que sus hijas fueran “independientes, inteligentes, con empatía y sentido de la realidad”.
No tendrá, sin embargo, honores de Estado porque el Gobierno noruego considera que no corresponden en un caso como este: el de un escritor que en realidad lo que quería era ser uno más.
Él mismo tenía claro que -antes de su divorcio en 2016 de Marta Luisa- tarde o temprano acabarían expulsándolo de la Casa Real noruega. Siendo royal deambuló por las calles de Londres como si fuera mendigo y se travistió en Barcelona. Para un documental recorrió el Raval junto a Evita Clittorina y Carmen de Mairena, conoció a sus amigas prostitutas, se vistió de mujer y le contó que él y la princesa sentían un fuerte amor pero que flirteaban con otras personas. “En este sentido, somos muy libres”, dijo.
La enfermedad, una depresión crónica, sin embargo, le fue aislando e hizo realidad su gran miedo, el no poder criar a sus hijas entre otras cosas porque vivir con él era algo imposible, como él mismo había reconocido en alguna ocasión. Las navidades las iba a pasar con ellas y con Marta Luisa y su pareja, con quien había entablado una cierta amistad –“hermano”, le llamó el chamán en una publicación en Instagram-.
Estas fechas eran especialmente complicadas para él. Una Nochebuena sus padres le contaron que se iban a divorciar y que se casarían con las parejas de sus mejores amigos, confesó en una entrevista concedida a Vanity Fair. Su madre, Marianne Behn, que hizo de celestina entre su hijo y la princesa Marta Luisa, ha lamentado el triste desenlace: “Querido Mikis. La oscuridad nunca te atrapó, fue la luz brillante uniéndose contigo”.
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