Su salto a la fama le ha llegado por su papel de Paquita Salas en la serie de Los Javis que va por su tercera temporada. A sus 32 años el actor canario ya conoce el sabor del éxito, pero también del esfuerzo y el trabajo diario. Ahora se presenta en el Teatro Lara con el monólogo Las cosas extraordinarias y con él hablamos de esas luces y sombras que acompañan una vida.
Hoy Corazón Los que acudan al Lara pensando en Paquita Salas se van a encontrar con toda una sorpresa. ¿Necesitaba pisar el escenario y un monólogo como éste que remueve hasta los cimientos más íntimos?
Brays Efe Mi primera obra de teatro fue en la misma sala que estoy ahora y eso me encanta porque aquí además también se representa la obra de Los Javis La llamada en la que estuve actuando más de un mes. Todos nos conocíamos de coincidir por Madrid, pero fue cuando decidimos escribir una obra juntos, Miss fogones universal, que se representó en los micro teatros, cuando empezó nuestra amistad. Era todo muy casero y enloquecido, pero de lo más divertido.
H.C. Lo cierto es que usted estudiaba la carrera de Audiovisuales y la abandonó para entregarse a su profesión como autor y actor.
B.E. Dejé la carrera cuando me quedaban cuatro asignaturas. Ya las había suspendido y no estaba motivado para volver a examinarme. Había empezado a trabajar en otras cosas y lo abandoné para pena de mi madre.
H.C. ¿No le dio vértigo lanzarse al mundo profesional sin haber culminado sus estudios?
B.E. Pues la verdad es que no. Había comenzado a escribir varias obras y ya metido en este mundo un día por casualidad mientras estaba viendo La llamada me animaron para que me presentara a un casting. Me cogieron y empecé a trabajar en la comedia de Antena 3 Cómo sobrevivir a una despedida donde también estaban Úrsula Corberó y Natalia de Molina y reconozco que a raíz de ese trabajo descubrí algo que me gustaba.
H.C. ¿Le queda el proyecto de ponerse detrás de la cámara?
B.E. No pienso dejar de lado mi faceta como escritor y la prueba está que hay planes para el futuro. De todas formas, nunca lo he dejado porque también he escrito algunos capítulos de ‘Paquita Salas’.
«Sueño con protagonizar una comedia de amor»
H.C. Quién le iba a decir que un personaje como Paquita Salas le iba a cambiar la vida.
B.E. ¡Y tanto! Ninguno imaginamos lo que iba a pasar. Fue una idea de amigos, divertida, en una plataforma que era una novedad y sin tener ni idea de cuánta gente nos iba a seguir. En seguida superó todas las expectativas.
H.C. ¿Cuánto hay de Paquita en usted?
B.E. Paquita representa algo que en el fondo todos tenemos, pero no siempre manifestamos. A Paquita no le importa decir lo que piensa, ponerse en evidencia y es muy de no quedarse con las ganas de no haber dicho o hecho algo. Eso es lo que a mí me gustaría tener de ella muchas veces.
H.C. ¿Y cuánto suyo ha dejado en esa interpretación?
B.E. A pesar de hacer de una mujer de 50 años, te aseguro que en el fondo tenemos más cosas parecidas. Las emociones son universales y ahí es donde nos encontramos. Yo me entrego al máximo a la hora de meterme en la piel de Paquita.
H.C. ¿Le preocupa que el personaje llegue a superarle?
B.E. Los actores no sé cómo lo hacemos, pero siempre encontramos motivos para quejarnos. Si nos encasillan, si no lo hacen… Obviamente Paquita es un personaje que va a marcar mi carrera, eso lo tengo muy asumido. Este papel me ha permitido ser protagonista, estar en el centro de la trama, hacer reír al público…
H.C. ¿Cómo lo lleva su familia?
B.E. Mi familia es mi madre. Como cualquier madre al principio es de las que hubiera preferido que estudiara la carrera de Derecho y tener una vida más tranquila, pero en cuanto empezó a ver cómo trabajaba y cómo disfrutaba me apoyó en todo. Ella vive ahora en Calahorra, La Rioja, y eso que nací en Las Palmas y mucha parte de mi vida la pasé en Galicia.
H.C. Es hijo único y supongo un niño muy enmadrado y mimado. ¿Me equivoco?
B.E. Puede que sí, pero también discutimos mucho porque somos de carácter. Nuestra relación es muy bonita, soy todo para ella y viceversa y eso que ahora nos vemos menos al estar en Madrid. Esta Navidad, por ejemplo, será ella quien se venga porque estaré trabajando.
H.C. Supongo que el trabajo de caracterización como Paquita habrá sido toda una experiencia.
B.E. Sí. El primer día que me vi caracterizado fue increíble. Habíamos buscado ese efecto de lo que llamamos la ‘mecha Telecinco’ inspirada en Mila Ximénez, Terelu o Lidia Lozano. Te aseguro que cuando me puse ante el espejo no me reconocí.
H.C. Ha tenido incluso a Terelu como compañera de reparto en algunos capítulos.
B.E. Como compañera ha sido maravillosa. Vino con ganas de pasárselo bien y sin mucha presión y creo que el resultado está a la vista. Imagínate lo que fue estar con Yolanda Ramos, Belén Cuesta, Terelu… una locura.
H.C. ¿Cuánto tira de su lado femenino?
B.E. Todos jugamos con nuestro lado femenino o masculino. Con Paquita lo he hecho en la apariencia, pero sin embargo nunca quise cambiar mi voz ya que no quería que resultara una caricatura. Mi idea fue construir el personaje desde la humanidad y centrarme en las emociones.
H.C. Y ahora en el Lara en un registro totalmente diferente con un monólogo que da para reflexionar.
B.E. Hay algo en común y es que también se habla de emociones. El texto es una maravilla y solo con decir algunas frases es facilísimo conectar con el público. Tal vez yo sea muy sensible, pero me provoca sentimientos muy especiales.
H.C. Habla de temas tan poco prolijos en los argumentos públicos como la depresión los trastornos mentales… ¿está cambiando la sociedad y ya se puede hablar claramente de la depresión, el suicidio, la ansiedad…?
B.E. El auge de las redes sociales ha hecho que muchos encuentren donde expresarse, pero lo malo es que la mayoría es para mensajes de éxito y triunfo en busca de sumar likes. Faltan lugares donde hablar de la soledad, la tristeza… y hay que encontrarlos ya que a todo el mundo le pasa y es necesario hablar y compartir.
«Cuando mi padre falleció, llevaba más de 10 años sin hablar con él»
H.C. ¿Qué carencias ha sufrido en su vida?
B.E. Mi padre falleció hace cinco años, pero ya hacía tiempo que no teníamos relación, más de diez años sin tratarnos. Mi infancia fue complicada por el buylling que me ha marcado mucho en el desarrollo e hizo sentirme más solo de lo que estaba. De ahí que conecte tanto con este texto ya que he vivido situaciones difíciles.
H.C. ¿Pudo hablar de sus problemas en esos años de juventud?
B.E. Hay hijos que no lo cuentan muchas veces por vergüenza. En mi caso, es cierto que he olvidado muchas cosas malas y tienen que recordarme algunos nombres o momentos ya que mi memoria se ha hecho selectiva. Me salva que siempre tuve un mundo interior muy rico gracias a la lectura y era fuerte a la hora de contestar y defenderme, seguramente porque no me quedaba otra alternativa.
H.C. ¿Por qué cree que le hacían ‘buylling’?
B.E. No hay motivo, todo vale para quien quiera meterse contigo.
H.C. ¿Se lamenta de no haber podido tener otra relación con su padre?
B.E. Es un tema complejo. Nos separamos, nadie dio el paso de acercarse, y luego ya fue tarde. Hasta el día que me enteré que había fallecido. Desde los quince años que se divorciaron no hubo ese contacto.
H.C. ¿Quién ha suplido esa ausencia?
B.E. Mi madre ha sido todo en mi vida.
H.C. ¿Y cómo anda de amores?
B.E. Te diré que nunca he tenido pareja. En su momento porque era muy independiente y ahora, que no me importaría, pues no llega. Mi duda es que no sé si soy muy exigente o justo todo lo contrario. Reconozco que nunca he sentido lo que es estar enamorado.
H.C. Igual es que tiene muy idealizado la idea del amor.
B.E. Puede ser, pero te aseguro que aún no me ha pasado nada especial.
H.C. ¿Liga más desde que hace de Paquita?
B.E. No me quejo, ya que siempre he ligado bien, aunque no haya tenido pareja fija. Mis necesidades las tengo muy cubiertas y a nivel afectivo también porque cuento con muy buenos amigos. Lo que sí es verdad es que a raíz de Paquita tengo más excusas para nuevas conversaciones, es un buen pretexto para ligar.
H.C. ¿No siente cierta envidia de ver qué bien les va a Los Javis como pareja sentimental y profesional?
B.E. Lo suyo es increíble y además resulta más llamativo porque están todo el día juntos. Eso sí, se han apuntado a gimnasios diferentes para separarse un poco.
H.C. ¿Con quién comparte vida en Madrid?
B.E. Sigo viviendo en un piso con amigos y tengo gente para salir en cualquier momento, aunque también me gusta estar solo.
H.C. ¿Con qué sueña hoy?
B.E. Con encontrar esas oportunidades que no suelen llegar a gente como yo.
H.C. ¿‘Gente como yo’?
B.E. Los protagonistas de las historias de amor no suelen ser como yo y de ahí que sueño con protagonizar una comedia de amor. Una relación homosexual normalizada, un cuerpo como el mío que no responde a los cánones de la estética… Es verdad que se ha avanzado y todo va a mejor, pero igual tengo que escribirla. Sueño con el día en que un protagonista sea homosexual sin que ese trabajo se encasille en ningún género.
H.C. ¿Qué tiene que tener esa persona para enamorarle?
B.E. Sentido del humor. A mí se me conquista por la risa. Una de las cosas que más valoro de mi profesión es poder sacar una sonrisa al espectador. Eso me atrae. Ni el físico ni la edad o posición me importan.
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