Desde que lanzara ese vídeo preguntando a sus ‘followers’ si la oían, escuchaban y sentían, cada movimiento de Thalía (que supo ver la oportunidad de negocio en el ‘boom’ que supuso esa grabación, convirtiéndolo en tema musical) se hace viral. Se le ha quedado una impronta cómica con la que parece estar encantada.
Lo último en circular por la red a la velocidad de la luz ha sido su reacción al encontrarse, durante un paseo por medio de la naturaleza para darse un poco de aire tras el confinamiento, un sapo. Sí, porque ha quedado al descubierto que padece bufonofobia. Y esto no es otra cosa que un pavor irracional a los sapos.
Así que los improperios que salen de su boca de estrella de la canción están justificados detrás de ese impulso irrefrenable provocado por el medio a estos anfibios. Porque la mexicana se queda bien a gusto a la hora de soltar exabruptos al toparse con ese bicho que no es de su agrado para nada.
Y ahí acabó su excursión. Le fastidiaron lo que debía ser un paseo agradable en medio de la vegetación. «Voy a dar la vuelta aquí porque esas víboras pueden salir en cualquier momento«, se escucha a la artista decir, que tomó la decisión de regresar a casa para encontrarse a buen recaudo.
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