Ante la destacada ausencia de su cuñada Charlene Wittstock, Carolina de Mónaco se ha convertido en la protagonista absoluta del concierto benéfico que Cruz Roja organiza cada año en el Principado. Pese a que el año pasado esta tradicional fiesta tuvo que ser suspendida por culpa de la pandemia por coronavirus, este 2021 se ha retomado en una nueva ubicación para cumplir con las recomendaciones sanitarias: la remodelada plaza de Casino de Montecarlo. Cabe recordar que la ceremonia de este baile es una de las más importantes del año para el anecdótico país. Para asistir a ella, los invitados deben pagar entre 200 y 800 euros.
Aparte del imprescindible Alberto de Mónaco, a la velada musical acudieron otros miembros de la familia Grimaldi, como Carlota, Andrea y Pierre Casiraghi, estos últimos con sus mujeres, Tatiana Santo Domingo y Beatrice Borromeo. La familia de Charlene estuvo representada por su hermano, Gareth Wittstock, y su esposa Roisin Galvin. También se dejó caer por el evento la legendaria cantante Shirley Bassey.
Carolina de Mónaco acaparó todas las miradas gracias a la naturalidad con la que lució sus muy bien llevados 64 años. Sin intentar disimular las canas y demás señales propias de la edad, la hija primogénita del príncipe Rainiero hizo gala de su recordada elegancia al escoger un veraniego vestido de color tabaco de estilo vintage. Este modelo de Chanel destaca por sus detalles bordados en cuello, mangas, cintura y bajo, los que le confieran al resultado un toque juvenil y desenfadado.
Por su parte, su hija Carlota, quien acudió sin su marido, el cineasta Dimitri Rassam, se decantó por un vestido de la misma firma de moda que su madre, mientras que Beatrice Borromeo lució un diseño de Dior, marca de la que es embajadora.
Charlene desmiente los rumores de separación
Charlene de Mónaco ha tenido que enfrentarse a una infección otorrinolaringológica severa por la que lleva varias semanas en su Sudáfrica natal. Una larga estancia que ha alimentado los rumores de separación de Alberto de Mónaco. El pasado junio, a través de un comunicado emitido por su Fundación, ella misma tuvo que explicar que «estaba siendo sometida a múltiples y complicados procedimientos tras contraer una infección severa en oídos, nariz y garganta en mayo». La esposa de Alberto II acudió a Sudáfrica a mediados de mayo en una misión de conservación de la fauna.
Ante los incesantes rumores de separación, la princesa ha dado un paso más y ha concedido una entrevista al canal sudafricano News24 aclarando cómo se encuentra y por qué no ha regresado todavía al Principado. Charlene está mejor pero no puede regresar a Mónaco porque la presión de sus oídos no se «iguala» y sería un riesgo volar por encima de los 6.000 metros. Pero eso no impedirá que próximamente se reencuentre con su marido y sus hijos. Si las restricciones de la pandemia lo permiten, el príncipe Alberto y sus mellizos –Jacques y Gabriella– viajarán a Sudáfrica para estar unos días con ella.
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