El 4 de febrero cumplirá 25 años y ese día podría ya exhibir en su casa de 60 metros cuadrados en Madrid un Goya a Mejor Actriz protagonista por su papel en La hija de un ladrón, de Belén Funes. Greta Fernández no lo tendrá fácil puesto que se enfrenta a tres pesos pesados de la interpretación como son Belén Cuesta, Penélope Cruz y Marta Nieto, pero a ella lo de los premios parece no importarle demasiado, al menos por el momento. El pasado mes de septiembre conseguía la Concha de Plata (exaequo con la alemana Nina Hoss) en el Festival de San Sebastián y según ella misma revelaba, apenas lo celebró descorchando una botella de cava.
Y es que si algo ha aprendido Greta de su padre, el reconocido actor Eduard Fernández es a relativizar todo un poco, a no dar demasiada relevancia a lo bueno y pero tampoco a lo malo y a tener los pies en la tierra, un consejo que el catalán no ha dejado de darle desde que con 16 años decidiera dedicarse al mundo de la interpretación. Nacida en Barcelona, la joven actriz ha vivido los últimos años con su madre, la escritora Esmeralda Berbel, en la luminosa casa que ésta tiene en el barrio Gótico de la Ciudad Condal. A comienzos de 2017, Greta se independizaba y se marchaba a vivir al barrio de Grácia, donde también vive su padre, con tres amigas.
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Padre actor y madre escritora
Con sus progenitores siempre ha mantenido una relación muy cercana. Su madre, que de joven fue gimnasta, es una famosa escritora. En 2017 publicaba la autobiografía Irse en la que novelaba su ruptura matrimonial tras 25 años de matrimonio, una separación que Greta vivió con naturalidad. A la joven actriz también le encanta escribir y no descarta seguir los pasos de su madre en algún momento.
A su padre lo vio por primera vez haciendo un papel cuando apenas tenía cuatro años en Los lobos de Washington, hoy una de sus películas favoritas. Luego le vio en el teatro dando vida a Hamlet, obra que disfrutó varias veces. Y parece que ahí el gusanillo de la actuación ya le picaba por dentro.
En La hija de un ladrón comparten pantalla y pese a ser un papel durísimo, ya que da vida a una joven que nunca ha sentido el amor de su padre y está llena de dolor y rencor, ellos aseguran que su relación no tiene absolutamente nada que ver. Eduard ha explicado que en ocasiones se ha sentido un padre ausente por su trabajo, pero entre ellos desprenden amor y complicidad por los cuatro costados. Esta no es la primera vez que han aparecido juntos en una cinta.
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Cuando Greta tenía 11 años participó en Ficción, dirigida por Cesc Gay, donde hacía un pequeño papel también como hija de Eduard. Luego llegaron algunos cortometrajes, pequeños papeles que compaginaba con sus estudios en la Escuela Superior de Arte Dramático de Barcelona o en las de Nancy Tuñón y Laura Jou. Con 16 años se marchó a estudiar un mes a Nueva York y debutó en el teatro con la obra de Álex Mañas, Amanda T.
En 2016 le llegaba su primera gran oportunidad de la mano de Isaki Lacuesta en La próxima piel y en 2018 se trasladaba a Galicia para protagonizar junto a Natalia de Molina, Elisa y Marcela, de Isabel Coixet, a la que conoce desde que era una niña porque es íntima amiga de su madre y con ella y su hija Zoe veranearon muchos años. Ha participado en series como Cuéntame (TVE), Sé quien eres (Telecinco) o La Riera (TV3) y también estará en 30 Monedas, la ficción de Álex de la Iglesia para HBO.
Su novio vive en Barcelona
El éxito y el trabajo la han llevado a mudarse de nuevo pocos hace unos meses a Madrid. En la capital vive en un piso de unos 60 metros que comparte con una amiga porque asegura que no puede permitirse vivir ella sola. Aquí echa de menos a sus padres, pero sobre todo a su novio. Poco se sabe de él. Se llama Luca Dobry, tiene 24 años y aunque nació en Barcelona tiene ascendencia italoargentina.
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Esta no es la primera vez que están separados, ya que él estuvo unos años viviendo en Londres donde estudió en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres de 2014 a 2017. Allí escribía artículos sobre música alternativa en diferentes medios como Indiespot o Ctxt. A ninguno de los dos les gusta hablar de su vida privada y ella apenas sube alguna foto con Luca a su perfil de Instagram salvo para celebrar su aniversario o alguna ocasión especial. Luca ahora trabaja como manager de producción en el estudio de fotografía Hunter & Gatti de Barcelona. Hace poco contaba que por el día de Reyes, Luca le había regalado un vestido de Jacquemus, una clase para aprender a hacer paellas y una cata de vinos para disfrutarla juntos en Barcelona.
Íntima de Úrsula Corberó
Entre las mejores amigas de Greta Fernández están otros nombres importantes de la interpretación y la moda. Una de sus grandes compañeras de vida es Úrsula Corberó, a la que llama cariñosamente ‘babu’, y también suele pasar las vacaciones en Formentera junto a la influencer Gala González y la diseñadora Miranda Makaroff.
A Greta le apasiona la moda y la fotografía. Hace unos años, cuando era aún una adolescente, apareció en varios videoclips. El primero, en 2011, junto a la banda Tachenko en su versión de Mediterráneo, y después en Persiguiéndonos de C.Tangana y en Crime de Gabriela Richardson. Aunque huye de la palabra influencer, lo cierto es que ya ha hecho alguna colaboración con marcas como Nike en sus redes sociales.
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Para relajarse le encanta hacer deporte, ir al gym a entrenar y pegar unos buenos golpes de boxeo, eso sí, siempre con cuidado para que no le den en la cara. Entre sus directores favoritos, según contaba El Periódico, se encuentran Michael Haneke o Paolo Sorrentino, y su película favorita es El viaje de Chihiro, de Hayao Miyakazi. Su sueño es dar el salto al cine europeo y admira a Almodóvar y a Jaime Rosales.
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