Una pareja joven en bicicleta con sus tres hijos, tres niños, delante posan para la foto en 1974. La imagen podría ser la de una familia cualquiera. De hecho, en su momento lo era: la de una modista y un empleado en una fábrica de caramelos con sus tres niños en una de sus vacaciones en España. La diferencia es que la niña con lazo blanco en el pelo y camiseta de rayas es Catherine Zeta-Jones cuando tenía cinco años y los demás, sus hermanos, David y Lyndon, y sus padres, Patricia y David. La actriz ha publicado el flashback en su cuenta de Instagram recordando aquellos veranos familiares y confesando que “todavía me encanta una buena camisa de rayas”.
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Catherine Zeta-Jones no procede una de esas familias hollywoodienses que marcan el camino a las siguientes generaciones. Ella es, de hecho, quien ha construido ese camino. Y empezó a crearlo poco después de esta fotografía. Cuando tenía diez años ya era famosa en su pueblo de Gales, y con 21 debutó en el cine de la mano de Phillippe de Broca. Su talento en la interpretación unido a sus dotes para cantar y bailar, aparte de su tesón e incansable trabajo, contribuyeron fraguar el resto de la historia. Con La máscara del Zorro le llegó el éxito junto a Antonio Banderas, y el resto es conocido: entre otros muchos reconocimientos, un Oscar y un BAFTA por su papel en Chicago y un Tony por el musical de teatro A Little Night Music. Cuando recogió los tres ya estaba casada con Michael Douglas, una de las grandes estrellas de Hollywood y parte de su historia, de la que, sin duda, también forma parte Catherine Zeta-Jones por méritos propios.
Si en la fotografía que ahora publica la galesa está el origen de su amor por España, este se confirmó cuando acompañó a Michael Douglas por primera vez a su casa de Mallorca, una impresionante villa en s’Estaca que adquirió en los años 90 y donde este verano los Douglas-Zeta-Jones, Michael, Catherine y sus hijos Carys y Dylan, han decidido pasar las vacaciones de verano después que Douglas haya cambiado sus planes para venderla y le haya comprado su parte a su ex Diandra Luker. Por qué deshacerse de ella si es uno de sus lugares favoritos del mundo: la casa donde él y Catherine se enamoraron.
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