Charlène de Mónaco adora a sus mellizos de cinco años, Jacques y Gabriella, y ha querido hacerlo público compartiendo una entrañable foto de los pequeños junto a un simple pero importante emoticono: un corazón.
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Desde luego la foto es para poner uno o incluso más corazoncitos. Los niños miran a la cámara, suponemos que la madre es la fotógrafa de esta estampa tan familiar, mientras se abrazan. En realidad, Jacques es el que mira y el que abraza fuerte a su hermana mientras la niña se deja querer con carita de estar bastante bien entre los brazos de su hermano. Los hijos de Charlène y el príncipe Alberto de Mónaco son la viva imagen de su madre y reflejo de toda la elegancia que corre por las venas de una de las familias reales más estilosas del planeta. Habitantes del Palacio Real del Mónaco se han vestido como corresponde. El niño con chaqueta oscura sobre camisa blanca con cuello mao y la niña con una camisa beis con transparencias y delicado encaje bajo un chaleco de pelo largo de aspecto tan apetecible como el abrazo que le ha dado Jacques. Gabriella lleva el pelo adornado con una diadema de terciopelo de color burdeos con un lazo.
La instantánea la ha publicado la princesa de Mónaco en su cuenta oficial de Instagram donde comparte algunas fotografías aunque no con demasiada frecuencia. En este álbum virtual abierto al público Charlène cuelga desde 2017 imágenes de su vida privada en las que, con frecuencia, aparecen sus hijos. En diciembre cumplirán seis años por lo que una mirada a este perfil de la red social de fotografías permite ver cómo han ido creciendo -su primer corte de pelo, su primera vez con el timón de un barco, sus primeros esquís-, lo mucho que disfrutan con sus padres allá donde estén y lo bien que se llevan. Esta es su última imagen abrazados pero ni mucho menos la primera.
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