Tanto los duques de Sussex como la propia Oprah Winfrey advirtieron desde el principio que Harry y Meghan no habían cobrado nada por la entrevista que ha hecho tambalearse a la Corona británica. Era, en parte, una manera de asegurar que sus declaraciones no estaban movidas por el interés económico en un principio. Y podrían. Podrían haber sacado al menos un par de millones de dólares de la entrevista, si así lo hubiesen querido. Oprah tanteó a varias cadenas ofreciendo el programa por entre 7 y 9 millones de dólares, que es a lo que accedió la CBS. Entre 6 y 7,5 millones de euros. Un margen en el que podrían haber metido una compensación para los Sussex. Pero no, Oprah no paga a sus entrevistados, para empezar, ya sean un príncipe inglés o el rey del pop, Michael Jackson. Y el dinero del formato tampoco es especialmente relevante para ella: con todo lo que ha ganado con su eterno talk show original, la comunicadora ha conseguido diversificarlo en una cartera de inversiones que hoy valen cerca de 1.900 millones de euros, a los que sumar su reciente acuerdo millonario con Apple.
¿Le compensó a la CBS el trato? Sí. Pese a que la compañía de Oprah se quedó casi todos los derechos internacionales, la cadena vendió unos 50 huecos para anuncios a entre 200.000 y 275.000 euros el bloque de 30 segundos. Las estimaciones de la entrevista (con 17 millones de televidentes) son de unos 16-17 millones de euros en ingresos limpios. Es decir, la CBS ha ganado 10 millones de euros con la emisión de la entrevista, sólo en Estados Unidos. En Inglaterra, la ITV calcula que sacó más de un millón de euros con la emisión.
Para Harry y Meghan la emisión no tenía precio: Oprah es garantía de imparcialidad, aunque estuviese invitada a la boda de ambos:
Así, Oprah es uno de los factores que explican por qué la opinión pública estadounidense se ha puesto mayoritariamente del lado de Meghan y Harry. En Inglaterra son bastante menos, aunque hay un dato que debería preocupar a la venerable institución: el 48% de los jóvenes británicos entre 18 y 24 años apoyan sin fisuras a la pareja frente a la monarquía, según las encuestas de YouGov. Un signo de que la institución y la juventud no conectan, precisamente el papel que tenían encomendado Harry y Meghan en su etapa de royals en activo.
Pero la posibilidad de expresar durante dos horas su visión de la brecha entre la casa real y los dos enamorados, en prime time, con la comunicadora favorita de Estados Unidos, es algo por lo que la pareja podría haber pagado. La reputación que han ganado es perfecta también para sus dos principales sostenes: un acuerdo con Spotify que une a la plataforma con el sello de la pareja, Archewell Audio, valorado en unos 21 millones de euros; y otro con Netflix por cinco años que ascendería a 84 millones de euros. Es decir: 105 millones de euros basados en su carisma mediático. Que una sola entrevista ha demostrado que se pagan en unas pocas horas.
Para la pareja, esos acuerdos –"la única opción" que tuvieron después de que "mi familia nos dejase de financiar de golpe", como explicaba Harry– les garantizan una vida mejor que la que tenían como miembros de la realeza: sus ingresos como royals en activo se estimaban en seis millones de euros anuales, repartidos entre el Ducado de Cornualles, origen de la fortuna del príncipe Carlos, y del Fondo Soberano, pagado con dinero público. Harry y Meghan aclararon que no les quedó más remedio que firmar esos acuerdos porque la herencia de Diana y los ahorros de Markle (como actriz y como respetada influencer de cosmética y moda, que a veces olvidamos que llevaba una página llamada The Tig y un par de líneas de moda, a dos pasos de dar los exitosos saltos de la pantalla al lifestyle que dieron Jessica Alba o Gwyneth Paltrow) se estaban agotando. Sobre todo, tras devolver el dinero de las reformas de Frogmore House, su residencia en Reino Unido, y pagar la entrada de su mansión en Montecito.
Pero igual: ambos acuerdos se firmaron hace meses, antes de que el último capítulo del Megxit (la negativa de la reina, Carlos y Guillermo a que Harry pudiese ser royal a tiempo parcial) les empujase a buscar esta entrevista. Sin esa amarga conclusión hace unas semanas, Harry y Meghan no habrían demostrado, gratis, lo lucrativos e influyentes que pueden llegar a ser para cualquier pantalla o medio. Más de lo que su propia familia consideraba, viendo las cifras.
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