Daniel Villanueva es licenciado en arquitectura por la universidad Politécnica de Madrid y ahora que está a punto de cumplir 43 años, su trayectoria es imparable. Vive en Barcelona, y está de lleno trabajando en el diseño del Museo del Atlético de Madrid, en el Estadio Metropolitano –antes conocido como La Peineta–, que en la actualidad es la sede del equipo colchonero.
Es parte de la dotación deportiva y en el futuro también será parte integrante del conjunto de una de las ciudades deportivas más importantes de España.
Corazón ¿Cómo van las obras?
Daniel Villanueva Vamos, como se suele decir, a toda máquina, tenemos a todo el equipo trabajando a tope. Somos bastantes entre arquitectos, interioristas, guionistas, directores de arte, grafistas e ingenieros, es un gran equipo. Ahora estamos todos preparando el proyecto de ejecución, que hay que entregarlo ya.
C. ¿Cómo calificaría este trabajo?
D. V. Es un reto por todo lo que supone a nivel creativo, porque pretendemos hacer una propuesta novedosa que se adapte a todo lo que el club significa para sus socios y todos sus hinchas. De manera que toda la gente que llegue allí se identifique con el equipo, o al menos que comprendan lo que supone el club, también para el que no es seguidor de este equipo.
C. ¿Para cuándo está prevista la inauguración?
D. V. No hay una fecha cerrada, lo que sí es cierto es que será el próximo año.
C. Dentro de su profesión, ¿qué es le gustaría hacer que no haya hecho todavía?
D. V. Creo que hago lo que me gusta desde hace muchos años. Cada encargo y cada proyecto es un reto y lo que más me gusta es la capacidad de imaginar espacios y hacer, de alguna manera, realidad de los sueños de la gente, con la responsabilidad que implica manejar los recursos económicos de tus clientes. En muchos casos son los ahorros de muchos años.
C. Háblenos de sus trabajos de interiorismo, porque es algo que le gusta mucho.
D. V. Sí. El interiorismo me gusta y entré justamente en el proyecto para trabajar en el interiorismo de un parque temático en China, un proyecto llevado a cabo desde Barcelona, en el que pude participar desde el propio germen, diseñando y consiguiendo los espacios tematizados que el parque iba necesitando en cada uno de los pabellones. Más allá del interiorismo, mi primera pasión fue el urbanismo, en el que pude trabajar unos años, y después, la arquitectura.
C. En su profesión o campo ha habido una gran crisis
D. V. Todo el mundo sabe que hemos pasado la peor crisis del siglo XIX. A partir del 2007 cayó una barbaridad todo lo referente a la arquitectura; empresas fuertes caían y grandes proyectos se paralizaban. Eso derivó en que todos los arquitectos tuvimos que reconvertirnos y adaptarnos a esas delicadas circunstancias.
C. ¿Cuál ha sido la obra que más le ha gustado realizar?
D. V. Cada una de las obras en las que he participado me ha gustado en su justa medida. No podría decir que una me ha gustado más que otra, de todas te tienes que enamorar y les tienes que aplicar todo el cariño del mundo. Cierto es que en lo que estoy trabajando actualmente es el reto más importante a nivel profesional, sobre todo por la cantidad de gente involucrada y por el contenido, que es diferente a lo que había hecho antes.
C. ¿Le gusta trabajar en España?
D. V. Me gusta mucho, pero también me gusta hacerlo en el extranjero por todo lo que supone el realizar obras fuera de tu país: te permite conocer sociedades, formas de vivir, formas de construir y formas de entender el espacio distintas. A parte del parque temático en China, sus conceptos no tienen nada que ver con los nuestros. Lo que experimenté en La India fue muy interesante, por la manera de construir y en lo que se basan. Los espacios no tienen nada que ver, por ejemplo, tienen muy en cuenta los monzones.
C. ¿Cómo sería la casa ideal para usted?
D. V. Estoy seguro de que la tendría que hacer otro arquitecto. Esa pregunta te la respondo rápido porque somos muy maniáticos. Mi casa ideal, tendría que ser adecuada al espacio en el que está situada, a la ciudad, a la arquitectura local, y debería ser algo muy natural y muy sencillo.
C. ¿A quién le gustaría hacerle una casa?
D. V. Me gustaría diseñar un espacio para Elena Ochoa, la mujer de Norman Foster. Tendría que superar los mayores estándares y aplicar la sensibilidad para el arte y la arquitectura, y encontrar el equilibrio entre diseño, estética y clientes muy exigentes.
C. ¿En qué proyecto le gustaría trabajar?
D. V. En una gran escenografía para un espectáculo, como pudiera ser una ópera, o para un artista de los que generan una gran expectación como Madonna o Rosalía, en el que hubiera un diseño en el escenario llamativo e intervienieran la tecnología y las formas.
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