A corazón abierto y con las emociones a la vista de todos. Jesulín de Ubrique se sentó ante Toñi Moreno en ‘Un año de tu vida’, el programa que la gaditana presenta en Canal Sur, y realizó un repaso por los temas de actualidad que rodean a su familia. Empezando por aclarar que, entre él y su mujer, María José Campanario, no hay ni problemas ni crisis, y ensalzando la figura de esta.
«Llevo 18 años casado con mi mujer y año y medio que estuvimos como pareja. En ese intervalo de tiempo hemos tenido nuestras diferencias. Nos han puesto muchas trabas en el camino… pero aquí estamos con dos cojones», era la frase, con esas palabras de contundencia final, con las que respondía a los presuntos rumores de crisis que les rodean cada dos por tres (y a los que han tenido que salir al paso de manera recurrente).
Nos han puesto muchas trabas en el camino… pero aquí estamos con dos cojones»
«Mi mujer, mi compañera, mi amiga, la madre de mis hijos. Ha sido uno de los puntales importantes de mi vida y doy gracias a Dios por haberla conocido. La conocí en el año 2000, sin haber toreado ni nada. Es una mujer que habla cinco idiomas. Hablamos de todo. Es una mujer con la que puedes hablar perfectamente de todo. Es muy divertida, muy dicharachera«, se deshacía en elogios hacia ella, para callar todas esas voces críticas que siempre les acompañan, desde que comenzara su historia de amor.
Aunque, sin duda, el momento de mayor emotividad era en el que recordaba a su padre, fallecido este verano. Humberto Janiero fue para él una referencia y siempre mantuvo una relación muy estrecha. Para demostrarlo, el torero contaba una anécdota que, además, ponía de manifiesto hasta qué punto su padre deseaba que se convirtiera en el torero que ha sido (y que aún es).
«Yo tenía 13 años. Mi padre puso el cartel de ‘se vende’ en el campo. ‘Tú no lo entiendes, pero hay que pagar. Ya lo entenderás con el tiempo’. Le dije a mi padre que si quería que fuese torero. ‘Papá, ¿tú quieres que yo sea torero?’. Me dijo que sí y le pedí: ‘No vendas el campo…’ ¡Y el cartel a tomar por culo!», explicaba, dejando caer las lágrimas por su cara.
Tampoco tenía problemas en hablar de su hijo pequeño, Jesús, algo que no suele hacer. Pero explicaba que aún es pronto para saber si seguirá sus pasos en el mundo del toro: «Nunca se sabe. En las venas lo lleva. Pero desgraciadamente el mundo del toro está muy difícil. Hay gente que no entiende nuestra profesión, nuestra cultura y se nos hace todo muy cuesta arriba. Para remate esto del Covid-19 ha sido un puntillazo muy grande. Este año ha sido tan extraño… Nunca hubiera imaginado una feria de San Isidro o de Sevilla o unos San Fermines sin toros».
A mí me han puesto cheques en blanco encima de la mesa y no me ha temblado el pulso»
Jesulín, que reconocía que se ha jugado la vida en muchas ocasiones, pero que con el paso de los años se ha ido serenando y siendo más cauto cuando se pone delante del toro, se definía como un hombre altruista: «Siempre me he prestado a muchas cosas sin ningún tipo de interés, he sido una persona muy espléndida. Me ha gustado ser agradecido. No es ficticio, es natural. Lo que no me gusta es que me apaleen. Y lo que más me toca los huevo es que donde te entregas te vendan. A mí me han puesto cheques en blanco encima de la mesa y no me ha temblado el pulso. He ido a entrevistas porque me ha apetecido».
Como a esta con Toñi en la que, por supuesto, ni se mencionó a Belén Esteban. Lo que no se puede asegurar es que la de Paracuellos del Jarama reaccione. Al menos, que sea preguntada en ‘Sálvame’, aunque ella se resista, en mayor o menor medida, a dar respuesta.
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