De su boda con mantilla y abanico a su obsesión por Zara: las veces que Hilaria Baldwin ha presumido de española

La "falsa españolidad" de Hilaria Baldwin, nacida Hillary Hayward-Thomas, sigue dando de qué hablar. En el vídeo en el que admitía que no es española –ni de nacimiento ni de nacionalidad ni de ascendencia– pero al mismo tiempo afirmaba que se sentía como tal, también se defendía afirmando que a su boda asistieron "44 personas desde España", que no es lo mismo que decir "44 personas de España". Una boda en Nueva York, en la catedral católica de San Patricio –su marido, Alec Baldwin, también es católico– a la que llevó un vestido de novia con mantilla y abanico de aires flamencos, y leyó en español, pese a que había nacido a apenas 300 kilómetros de ese altar.

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Una españolidad performativa, que se ha venido abajo al revisar las sospechosas declaraciones que, en estos años, ha hecho Hilaria sobre su pasado. Una de las más llamativas ya la hicimos notar al hablar del caso, la referida a la entrevista que nos concedió en 2014, dos años después de su boda –y donde ya constatábamos que ni la mujer de Alec Baldwin ni sus agentes quisieron confirman ninguno de los datos biográficos que dejaba caer–. En esa entrevista, Hilaria se declaraba futbolera y celebraba los éxitos de la Selección en primera persona: el día después de la boda “España ganó la Eurocopa (…) y, aunque estábamos agotados, Alec y yo fuimos a un restaurante con una veintena de nuestros familiares y amigos para ver el partido. Fue la primera vez que Alec vio un partido donde jugaba España, ¡y ganamos! Tengo unas fotos muy graciosas de él vestido con el uniforme de la selección”.

Hasta sus alianzas de boda llevan una inscripción en español con aires futboleros: "Somos un buen equipo". Hilaria también nos recordaba sus vacaciones de la infancia en Matalascañas y Murcia, dos de sus localidades favoritas de España, donde disfrutar del mar o "los paseos después de la siesta". A sus hijos también los viste con camisetas futboleras cuando juega La Roja y hasta hace sus pinitos con una particular cocina española, como esta indescriptible paella vegana de "quinoa con cosas":

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En la misma entrevista, mientras confesaba que su familia había encandilado a Alec con uno de los perfumes más autóctonos ("colonia Nenuco. ¡Mi familia siempre me manda frascos y a él le encanta el olor!”), Hilaria también afirmaba que su madre (supuestamente de ascendencia española; descendiente de anglosajones asentados en Estados Unidos desde hacía siglos en la realidad) tenía dificultades para pronunciar su apellido de casada. Y que ella tuvo que deletreárselo en varias ocasiones. Algo que ya sería un poco complicado en nuestro país, donde Alec Baldwin es bien conocido desde hace décadas. Y que resulta directamente increíble cuando su madre es una doctora de Boston dos años mayor que el actor.

De hecho, uno de los descendientes de Irene Lillian Webler (abuela materna de Hillary, hija de inmigrantes checos, y lo más parecido que tiene nuestra protagonista a un pariente europeo directo), Ryan Webler, primo segundo de la mujer de Baldwin, se atrevía a aventurar en su tuiter el porcentaje de española que tiene Hillary Wayward-Thomas: "cero por ciento". Un repaso a su árbol genealógico nos ha permitido comprobar la afirmación. En la familia materna de Hillary hay algo de sangre checa y algo de sangre alemana. El resto es todo anglosajón, y sus antepasados llegaron a Estados Unidos cuando todavía eran un puñado de colonias inglesas.

Mientras Alec Baldwin usa sus redes para defender a su esposa –insultando a los periodistas que han comprobado falsedades evidentes, como que el perfil profesional de Hillary todavía afirmaba que "nació en Mallorca y se crió en Boston" el mismo día que ella admitía en vídeo que nació en Boston y pasaba tiempo en Mallorca de pequeña–, a HIllary le han ido saliendo más fantasmas del pasado. Que sumar a los ya comprobados, como el hecho de que no llegó a Estados Unidos a los 19 años, en 2003, como afirmaba en otra entrevista porque ese año su familia seguía viviendo Boston y vacacionando en Mallorca. Es más, en esa entrevista le preguntan directamente que desde dónde llegó a Estados Unidos y su respuesta –una de las pocas carentes de acento en una entrevista en la que parecía estar interpretando a Sofía Vergara en ocasiones– fue: "mis padres viven en Mallorca".

O el más gracioso de la última hornada: un podcast en el que afirmaba que ya le gustaba Zara de antes. ¿De antes de qué? En su entrevista en el podcast de Lisa Edelstein, Hilaria afirma que "siempre he sido fan de Zara", pronunciando correctamente el nombre de la cadena en castellano, eso sí. "Es, ya sabes, una marca española y yo la conozco desde mucho mucho mucho tiempo antes de estar en este país", refiriéndose a Estados Unidos. Una información que, con lo que sabemos ahora, implicaría que Hilaria Baldwin conocía Zara desde antes de nacer.

Y aún así, tampoco sería muy difícil para una niña de clase alta de Boston conocer Zara en algún momento: la primera tienda en Estados Unidos se abrió en Nueva York en 1989, cuando Hillary tenía cinco años. Es cierto que a Boston llegarían más tarde, parte de la última gran expansión internacional, allá por 2008, años después de que Hillary se mudase a estudiar a Nueva York con 19 años, en un momento en el que Zara ya estaba asentada en Estados Unidos y facturaba más de 1.600 millones de euros en todo el planeta.

Ese ha sido el problema constante en la actuación de Hilaria la bostoniana: la exageración. La del acento, la de las pasiones españolas, y la de la brecha cultural que supuestamente existe entre nuestros países. "Aprender sevillanas en Sevilla", una de sus confesiones difícilmente verificables, no impide conocer al actor, que lleva ocupando carteleras desde principios de los ochenta (seis años antes del nacimiento de Hayward-Thomas) de películas como La caza del Octubre Rojo (con Sean Connery, actor escocés que por entonces ya había vivido en nuestro país a tiempo completo mucho más tiempo que Hilaria) o las últimas entregas de Misión: Imposible.

Más claro parece su amor por Murcia o Matalascañas, dos de sus "destinos favoritos" que también confesaba en esta revista, hace cinco años. Con escuetas indicaciones, Hilaria Baldwin se refería a Mallorca, Murcia y Matalascañas con detalle, aunque sin hacer referencias a su pasado. Madrid aparecía porque estuvo aquí con su marido, y el paraje de Mallorca elegido fue un hotel donde se hospedó cuando ya estaba embarazada de su primera hija (de la que sí hay pruebas en el Instagram de su madre de que está aprendiendo sevillanas).

En general, todo se puede resumir dentro de la "guerra" que mantienen la actriz Amy Schumer y la falsa española: Schumer le dedicó una buena pulla (que ha borrado hace unas horas) rematada con el emoji de un pepino (la palabra que aparentemente olvidó cómo se decía en inglés en un programa de cocina, pese a haber estudiado en una escuela de Cambridge) y la frase "Sí, sí, lo pillo. Yo también he estado un par de veces en España y me encantó".

Mientras Emily Ratajkowski le reía la gracia: "Me ha matado lo del pepino".

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La versión de Hilaria

Tras el vídeo en el que reconocía haber nacido en Boston, Hilaria Baldwin ha dado un paso más: una conversación de 80 minutos con el New York Times en el que da su versión de los hechos. Versión que sigue sin estar del todo clara. Acusa a los medios y plataformas que la calificaron como española de "no haber comprobado" o "haber dado por supuesto" que era española e hispanoparlante nativa (aunque al menos Vanity Fair España lo intentó en su momento y ella se negó a confirmar sus orígenes). Afirmó también haber ocultado la identidad de sus padres (hasta el punto de presentarse con sólo el apellido paterno) "para protegerles", al haberse casado con una persona famosa. Y también defendió que desde el primer momento le dijo a Alec Baldwin que ella era de Boston.

Algo que tiene dos peros: hasta ahora, al contar la historia, todo se resumía en "él se acercó a mí y me dijo ‘tengo que conocerte’ y me dio su tarjeta". Ahora, después de eso, él le preguntó que de dónde era antes de darle la tarjeta y ella contestó "Soy de Boston". El segundo es que, al menos en una ocasión, Alec Baldwin ha afirmado públicamente que su esposa "es española". En un late show televisado. Hilaria también se negó a explicar al New York Times sus estancias en España durante su infancia, tanto en frecuencia como en duración: "a veces era durante el curso, a veces en vacaciones, se mezcla todo". Y también defendió haberse referido a su familia como española, porque "era una forma coloquial de hablar".

Por último, también confirmó que su nombre real es Hillary Hayward-Thomas, algo que personas que la conocen bien han confirmado también al periódico estadounidense. Y que el cambio de nombre se produjo después de 2009, una decisión tomada por Hilaria para identificarse con una cultura que significa mucho para ella y su familia. Pero desde el principio hasta el final, lo que pide la profesora de yoga es Boston es "el derecho a tener unos límites" y poder vivir su vida como ella quiera.

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