Anoche los Reyes cumplían con uno de sus compromisos habituales cada comienzo de su curso: la inauguración de la temporada del Teatro Real de Madrid, una cita en la que coinciden con multitud de rostros conocidos de la vida social y cultural madrileña y en la que doña Letizia siempre ofrece su mejor versión. Y este año lo ha vuelto demostrar.
Para disfrutar de Don Carlo, la ópera de Giuseppe Verdi, la Reina estrenó un diseño con el que se apunta a una de las tendencias de la temporada: el vestido blazer. En su caso escogió una versión oversize de la firma Lola Li de largo midi con una abertura frontal y hombros marcados, solapas cruzadas y ajustado en los puños. Un look total white que sienta muy bien a la Reina y que ha complementado con los zapatos negros destalonados con detalles de PVC de Manolo Blahnik que ha repetido en más de una ocasión y una cartera de mano negra.
Para esta ocasión, Letizia ha sacado de su joyero dos brazaletes de diamantes de Cartier que pertenecieron a la reina Victoria Eugenia y que forman parte de las joyas de pasar y unos pendientes de pedrería con forma de lágrima. Un dúo de joyas que acompañó con un maquillaje de ojos ligeramente ahumado en tonos marrones y un acabado en tono natural con gloss para los labios. Como peinado se decantó por un recogido bajo undone con raya al centro y dos ligeros mechones que enmarcaban su rostro.
Con este look Letizia vuelve a dejar el listón alto y demuestra que estas citas con la cultura están entre sus favoritas y que le gusta estrenar estilismos alejados de sus outfits working, con los que da cabida a diseños más rompedores, como también sucedió el año pasado, cuando acudió con un mono azul noche firmado por Pedro del Hierro.
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