Si hay algo que tenemos claro es que Ben Affleck podría alimentarse perfectamente a base de Dunkin Donuts, y pasear por las calles de Los Ángeles disfrutando de uno de estos bollos es uno de esos rituales del actor que los paparazzi captan a menudo. Tanta es su pasión por esta cafetería fundada en Massachusetts en 1950 que la marca le ha dado la oportunidad de convertirse en empleado de Dunkin por un día y protagonizar junto a su mujer, Jennifer Lopez, el anuncio viral de la Super Bowl 2023.
El anuncio fue grabado en enero en una cafetería take away de la franquicia situada en Massachusetts y en él se ve a Ben Affleck vistiendo la popular camiseta negra con el logo de Dunkin, visera y cascos con micrófono cogiendo y sirviendo pedidos mientras los clientes que pasan por allí no pueden dar crédito a que sea Ben Affleck el encargado de atenderles, e incluso algunos no dudan en hacerse un selfie con él.
El actor no puede estar más metido en su papel, con su acento de Massachusetts y alabando las bondades de sus rosquillas favoritas, con frases como «¿Cómo pueden ser tan baratos y tan buenos?». Pero sin duda el momento estelar se produce cuando aparece Jennifer Lopez conduciendo su propio coche, enfundada en un plumífero blanco, y le pregunta qué está haciendo ahí. «¿Esto es lo que haces cuando dices que vas a trabajar?», le espeta, para añadir a continuación: «Dame un glaseado».
El anuncio se ha hecho viral nada más emitirse y ha reunido una de las parejas más famosas del momento frente a millones de espectadores que no se pierden el partido, las actuaciones y, por supuesto, los anuncios que se emiten durante la final de la Super Bowl. Además, Affleck no solo protagoniza el spot, sino que también está detrás de su producción, pues lo ha realizado Artists Equity, la productora que comparte junto a uno de sus mejores amigos, Matt Damon.
En una entrevista concedida a People tras la grabación del anuncio, Ben Affleck ha contado que su amor por Dunkin comenzó en la adolescencia, cuando vivía en Nueva Inglaterra y después de jugar los partidos iba todo el equipo a comer munchkins y tomar café. Un hábito que no ha perdido desde entonces y del que también ha contagiado a JLo.
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