La puesta en escena de la primera entrevista de Ángela Dobrowolski no tiene desperdicio. Digna de reality, con el drama suficiente para enganchar pero no aburrir, anoche la aún mujer de Josep María Mainat habló por primera vez. Ataviada con una peluca negra y unas gafas de sol, de forma teatral y literal, sus palabras fueron como ella mismo dijo, “su destape”. Peluca y gafas fuera, la atención se centró entonces en su fular azul cielo:pañuelo que llevó Mainat el día de su boda y que funciona en su tercera aparición pública como símbolo del amor que le ha tenido la alemana al productor, en el pasado, eso sí.
Aunque el amor, precisamente, no estuvo presente según su futuro exmarido la noche del 22 al 23 de junio, cuando ocurrió todo hace algo más de tres meses: aunque el intento de asesinato de Josep María Mainat salió a la luz hace tres semanas. El creador de ‘Crónicas Marcianas’ e inventor de la telebasura se convirtió ese día en protagonista de su propio circo.
¿La única culpable del incidente? Ángela Dobrowolski: la mujer del productor fue la primera acusada, la historia (trágica cuánto menos) salió a la luz cuando el hijo mayor de Mainat, Pol, fruto de su relación con Rosa María Mainat dio la exclusiva. Desde entonces, la polémica no ha parado: imágenes surrealistas donde Ángela aparece con peluca, demandas, acusaciones de robo, abusos, coacciones, amantes… y muchos factores que han convertido esta historia en una de las tramas más épicas del prime time este 2020. Que ya es decir.
El caso Mainat se ha convertido en el pan de cada día, hasta ahora, solo el productor había hablado a través de un comunicado en el que contaba cómo se sentía y pedía respeto. Pero anoche, la otra parte de la historia contó toda su verdad en el programa ‘En el punto de mira’ de Cuatro. Cuando la cara de Ángela, que estaba muy nerviosa, quedó totalmente al descubierto, comenzaron las acusaciones contra el que fuera su devoto marido.
La vida de la alemana con el productor quedó totalmente al descubierto, mientras en todo momento, Ángela defendía su inocencia: “Yo no maté a mi marido”, dijo después de calificarle como “frío, calculador, vengativo y abusivo”. El próximo domingo, ambos se verán las caras en los juzgados, ella como acusada, él en calidad de testigo y sus palabras, serán las mismas entonces, siempre en aras de defender que ella no hizo nada esa fatídica noche, “en el atestado hay más de una incoherencia y más de una mentira absurda como que yo no sabía que el glucómetro tiene memoria. ¿Qué familiar de un diabético se cree esto?”, decía.
Lo que sí reconocía es algo que se puede ver en las cámaras de seguridad del entonces hogar conyugal: se levantó de la cama 13 veces esa noche, aunque ella defiende que fue a causa de su insomnio, que intentaba apaciguar consumiendo algo dulce. “Esa noche se entera de que yo le había sido infiel y de que todavía sigo con esa infidelidad -Gabriel, el supuesto scort con el que ha convivido esta semanas-. Ya se había abierto la caja de Pandora y no se lo podía negar”, explica mientras le culpa de un agresión nada más despertar del coma. “En mi detención ha habido muchos errores y yo tengo la tendencia de llamar a esos errores ‘favores’. La palabra de mi marido es suficiente para enviarme a mí al calabozo”, establecía entre lágrimas sin olvidarse de recordar lo enamorados que estuvieron ella y el creador de ‘Operación Triunfo’ tiempo atrás.
¿Qué decidirá el juez? Solo el tiempo dirá…
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